Hoy me ha recordado una amiga, daros cuenta de la suerte que tengo, mis amigas llevan la cuenta de cómo progresa la enfermedad y me felicitan con un aplauso de esos del whatsapp que llevo 15 días sin síntomas. Madre mía, la dimensión que para mí tiene esto, sólo es comparable a cuando veo el mar, mi mar Mediterráneo ¿Cuándo te volveré a ver?

Después de mi alegría, recibo una noticia que no me hubiese gustado recibir, Luís Eduardo Aute, poeta, músico, pintor y referencia para muchas de nosotras, se ha ido y aquí nos ha dejado, esperando que den “Las cuatro y diez” para tener “Dos o tres minutos de ternura” pedirte que “No te desnudes todavía” esperando “Al alba” para ver “Rosas en el mar” y “De paso” sentir que “Cada vez que me amas” me quedo “Sin tu latido” en un “Cuerpo a cuerpo” que “De alguna manera” tendré que olvidar y pensando en que siempre nos “Queda la música” y con ella “La belleza”, de esa manera tuya de enseñarnos su magia y las palabra que también supiste combinar.

Seguramente sin tú saberlo, has sido la banda sonora de muchas vidas, de la mía desde luego. Recuerdo aquel concierto en el “Johnny” ese colegio mayor Juan XXIII que tanto sirvió de escaparate a los artistas que lográbais bordear la censura en los años felices a veces y oscuros otras de la transición. Recuerdo como si fuera hoy: yo estaba en la tercera fila y tú cantabas “No te desnudes todavía” sólo con tu guitarra. Hacía días que yo andaba enamoriscada de un progre de pelo rizado, siete años mayor que yo,  ahí es nada. Habíamos pasado una tarde de esa misma semana por los garitos de Malasaña, alargando la velada en un pub en el que, mientras nos besábamos, Julio Anguita y Cristina Almeida departían en un mesa cercana, no recuerdo el nombre del sitio, sé que estaba en la plaza de Santa Bárbara.

No sé que me emocionó más, si esos besos robados en la penumbra, o que cuando nos disponíamos a marchar, Cristina le llama para saludarle y por ende a mí……… ¿Yo saludando a Cristina y Anguita?  Dos de mis ídolos de entonces. También recuerdo que aquella noche me dijo ¿Sabes lo que falta para que esta noche sea perfecta? Y yo conociendo la respuesta, me monté en un taxi y me fui a mi casa. Nunca me arrepentiré suficiente.

Por eso dos días después lo recordé escuchándote, porque cuando él me hizo la pregunta incontestada, sonaba esa preciosa canción “No te desnudes todavía, espera un poco más, no tengas prisa el tiempo es algo que quedó atrás ….. cuando el deseo estalle como estalla una flor, te quitaré el vestido, te cubriré de amor…….” Como preludio de lo que no sería.  “Mira que eres canalla” Aute, como me has hecho recordar aquello tan bonito que pudo ser y no fue, pero que mientras duró fue maravilloso.

Hoy, amigos y amigas, tenía que rendir homenaje a esta gran persona que se ha ido, pero sus letras las llevamos grabadas a fuego en el alma. Amigo allá dónde vayas espero lleves contigo todo el amor y el deseo que nos has hecho vivir con tus creaciones magistrales. El deseo llega diariamente y hay que gestionarlo en confinamiento, contigo y sin ti.

Y bueno, un día más agridulce y otro menos para salir del infierno de los cristianos, que de existir será parecido a esto. Mientras tanto soñemos, yo con Aute amueblando el silencio del confinamiento.