De antemano ya os digo que éste va a ser un artículo controvertido, por mi opinión y mi firme convicción de que no se debería comerciar con seres humanos, ésta afirmación que a priori, podríamos compartir todas, cuando bajamos al terreno de lo personal, se convierte en una cuestión absolutamente subjetiva.
¿Es lícito el deseo de ser padre o madre? Por supuesto que sí. ¿Es un derecho? Por supuesto que no, ésta es la base desde la que deberíamos partir.
Éstos días inundan las redes, las teles y las emisoras de radio, la noticia de que una famosilla se ha comprado una niña, sí, se ha comprado, la cosa no sería ni mejor ni peor que la realizada en su momento por parte de Miguel Bosé, Ricki Martin, etc., pero es la puesta en escena, la edad y el motivo por el que Ana Obregón ha decidido esa compra.
El hecho de que salga de la clínica en silla de ruedas como si ella hubiese parido a la criatura, es mofarse de la mitad de la población mundial y sobre todo de su madre gestante, otra mujer a la que la necesidad ha llevado, probablemente, a someterse a las molestias lógicas de un embarazo y parto, para poder estudiar, o mantener a su propia progenie.
Una persona que decide comprarse una muñeca para quitarse la pena de la ausencia de un hijo fallecido no tiene la mente muy clara, el dolor por la pérdida le nubla el entendimiento hasta tal punto que se compra una hija, como dijo al salir del hospital para “nunca más estar sola”, ese es el motivo, ¿Lícito? Yo creo que no.
Si se hubiese sometido a un examen psicológico para adoptar a una criatura, no lo habría superado, eso lo veo yo sin ser profesional, imagino que además, le aconsejarían someterse a una terapia de superación del duelo intensiva. Tampoco el Bosé habría pasado la prueba, éste por motivos diferentes.
Si pensamos que además la señora en cuestión tiene edad de tener nietos adolescentes y que en la mayoría de los países no te dejan ser madre ni por gestación asistida, ni adopción, más allá de los 52-55 años, estamos hablando de una transacción comercial en la que el dinero del personaje es el quid de la cuestión y a sus 68 se lo envuelven con lacitos.
La gestación subrogada no debería estar permitida en ningún caso, es comerciar con la vida de seres humanos, no niego que esas criaturas serán bien tratadas, cuidadas, etc., si nacen sanas, porque los presuntos padres y madres que utilizan este medio pueden desistir si vienen con problemas, esto ya es de nota.
Quién realmente quiere ser padre o madre, adopta para dar una vida mejor a una personita sin posibilidades, acoge, para dar amor a alguien que lo necesita y un futuro a quién ya ha nacido en un entorno hostil y sin recursos.
Las personas que optan por la gestación subrogada, no quieren ser padres o madres, quieren tener sus propios hijos y perpetuar sus genes porque son maravillosos. A mi modo de entender deben pensar que es una pena no poder reproducirse por medios naturales y que el mundo se pierda la maravillosa opción de conocer a la magnifica descendencia que saldría de esa unión.
No, ser padre o madre no es un derecho, es un deseo y como tal se debe entender. Me gustaría que hicierais una prospección sobre estas agencias que se dedican a este tipo de ventas, eligen a la madre por catálogo, no sólo si es inteligente, culta, etc., eligen si es rubia o morena, guapa o fea, si tiene rasgos compatibles con los de los compradores.
Es un comercio que además mueve cantidades ingentes de dinero para alimentar la vanidad, no de quienes quieren ser padres o madres, sino de quienes quieren que sus hijos lleven su óvulo y espermatozoides, quieren sus propios hijos, aunque no puedan gestarlos, para eso hay mujeres pobres que por un módico precio dejan su salud para regocijo de otros. No es otra cosa que violencia contra las mujeres pobres.
Los casos que conocemos son los de los personajillos famosos, que por tener una vida pública son más fáciles de juzgar, así decía al principio que si Obregón o Bosé se hubieran sometido a una evaluación psicológica, segura estoy de que nunca les hubieran dado un hijo, ni en adopción, ni en acogida, salvo que hubieran pagado por ello como es el caso.
Y aquí volvemos al principio, no todo vale para satisfacer un deseo, o no debería valer. Ya me fastidia estar de acuerdo con los obispos, aunque por motivos muy distintos, yo no digo que si quieres ser padre o madre y no puedes te aguantes, lo que digo es que des una vida mejor a alguna criatura ya nacida que sin ti, no tendría ni siquiera la oportunidad de vivir más allá de unos pocos años.
No me voy a meter en qué colectivos son más o menos proclives a éstas prácticas porque sería un debate muy chusco, prefiero hablar de personas ególatras y egoístas que lo único que quieren es que sus deseos se conviertan en ley para poder ejercerla en beneficio propio y como tienen dinero, si no es aquí, pues ya habrá una mujer pobre a quién explotar en otro sitio.
Imagino que algunos o muchos de vosotros y vosotras conocéis a alguien que no puede tener hijos y los quiere y por lo tanto, os podrá la subjetividad a la hora de juzgar o de opinar sobre este comercio insano, en el que no olvidemos que el objeto de la compra es un ser humano.
Hoy decía un tertuliano al cual admiro mucho, en una emisora de radio que “se ha pasado a la mascotización de las criaturas”, sinceramente pienso que es así. Por ello y porque no existe el requisito de que la mujer gestante tenga recursos más que suficientes para su subsistencia, porque siempre hay dinero de por medio para una mujer pobre, nunca estaré de acuerdo con la gestación subrogada.
Vosotros o vosotras diréis que os importa una figa con lo que yo esté o no de acuerdo y tendréis razón, pero es que a mí también me importa bastante poco que un señorito o señorita con dinero quiera ser padre o madre, siempre abogaré por la adopción o la acogida, nunca por utilizar la pobreza de una mujer para beneficio de los que se pueden permitir la compra de seres humanos.
He repetido mucho el término de “mujer pobre”, no ha sido por no encontrar sinónimos, es que quiero que se os quede grabado que quienes gestan hijos de otros por dinero es porque no lo tienen, probablemente ni siquiera para llevar una vida digna y poder comer todos los días, en este negocio hay víctimas y son ellas, las doblemente invisibles por pobres y por mujeres.
Pilar García Torres