Los suyos y los míos, por Pilar García Torres

Antonio Machado decía aquello de “Españolito que vienes al mundo te guarde dios, una de las dos Españas ha de helarte el corazón” y en eso estamos. Hace unos días me llegó un video muy divertido en el que un gallego bastante peculiar decía “Os hemos mandado a Franco, Fraga Iribarne, Rajoy y Feijóo, nos dais la independencia ya o seguimos mandando más”.

A mi me pareció gracioso y lo mandé a varios grupos, entre ellos a uno en el que alguien muy querido para mí se dio por aludido y comentó “que mire él a los suyos y verás”, por supuesto no respondí porque me pudo el cariño, pero me quedé pensando en las diferencias entre los suyos y los míos y llegué a alguna conclusión que comparto con vosotros y vosotras.

Los míos no han tenido a un país entero aterrorizado durante cuarenta años, ni han dejado más de cien mil personas enterradas en las cunetas o en las tapias de cementerios sin que su familia se haya podido despedir y cerrar así las heridas, no han hecho de la sumisión de la mujer su permanencia, ni les han robado hijos e hijas para regalárselas a sus amigos estériles.

No, los míos no han arrebatado los bienes a sus legítimos dueños por pensar diferente, ni los han matado por amar diferente, los míos no son homófobos, xenófobos, racistas, machistas.

Los míos son diferentes, porque no es verdad que todos seamos iguales, no es verdad que todos los políticos sean corruptos y maniqueos, no es verdad y hay que decirlo alto y claro, aunque yo no entienda porqué personas que viven de un sueldo de miseria voten a quienes les quieren arrebatar los derechos más elementales.

Y para que no me tachen de vivir de tiempos pasados me voy a referir a las diferencias actuales:

Los míos en vez de meternos en una guerra injusta como Aznar, intentan mediar en todos los conflictos que se encuentran a su paso, no creen que a las balas y las bombas se las tenga que combatir con más bombas y más balas.

Los míos durante una crisis sanitaria, hicieron un escudo para proteger a los más desfavorecidos, ERTES, ayudas a autónomos, no poder hacer efectivos los desahucios, no poder despedir a las personas en plena pandemia, establecer un ingreso mínimo vital, subir el salario mínimo interprofesional un 46% en cuatro años beneficiando a 2.500.000 personas.

Los míos revalorizan las pensiones con el IPC (8.5%) en vez de subir un 0.25% y regalar a los bancos 60.000 millones de euros sacados de la hucha de las pensiones, para luego decir que el sistema de pensiones no es rentable.

Los míos establecieron un sistema de sanidad pública universal en los años ochenta, los suyos la están desmantelando y regalando a sus amigos potenciando la sanidad privada, mucho más cara y mucho menos eficaz, de hecho cuando alguno tiene un problema grave de salud va a la sanidad pública y no a la privada.

Los míos han revertido una reforma laboral que nos llevó a un 26% de desempleo, estando ahora en un 12%, ya sé que me dirán que seguimos teniendo una de las tasas de paro más alta de la UE, pero hay que tener en cuenta de dónde partíamos, además de que la calidad del empleo hoy es mejor que hace cuatro años.

Hace cuatro años un 92% de los contratos que se hacían eran temporales, hoy son un 65% indefinidos, pero parece ser que el problema que tienen los míos es no tener cien medios de comunicación afines para que día sí y día también le digan a la población lo que tienen ahora y lo que tenían antes de 2020, ya que las personas carecemos de memoria y aunque vivamos mejor que en 2019, nos creemos lo que nos dicen a todas horas en la tele ¡¡¡¡ Las cosas están fatal y el país va cuesta abajo!!!

Da igual que nos feliciten desde el resto del mundo por nuestra gestión de la crisis sanitaria, da igual que se nos ponga de ejemplo de cómo hay que proteger a las personas, da igual que tengamos las leyes de igualdad más progresivas de Europa, porque lo que se recalca desde los medios de incomunicación, es que están saliendo violadores a la calle producto de la ley de sólo sí es sí, lo que no dicen es que son decisiones judiciales las que rebajan las penas, porque no hay un automatismo con la entrada en vigor de la misma.

Todo vale si se trata de desacreditar al gobierno de coalición y sobre todo a la ministra de igualdad, como en su día se hizo con Bibiana Aído cuando la primera ley de Zapatero sobre violencia de género. Porque sí, todo vale si se trata de retroceder en derechos de las mujeres.

Los suyos no dejaban que una mujer tuviera cuenta en un banco, no podía trabajar si su marido, padre o hermano, manda huevos, no le daban permiso, los suyos metían a una mujer en la cárcel por adúltera, no así a un hombre, los suyos tenían como atenuante el crimen pasional, que no era otra cosa que “la maté porque era mía” o sea, violencia machista.

Los suyos tenían en la prostitución la entrada en la sociedad del macho alfa, siendo los padres quienes iniciaban a sus hijos en la cosificación de la mujer como objeto de placer y servidumbre para el hombre, placer que les estaba negado a ellas, esos son los suyos, no los míos.

Los míos potencian la cultura, la educación, los valores en derechos humanos, la ética frente a la corrupción, los suyos decían y actuaban conforme a aquello de “muera la inteligencia”, los míos cuando pierden elecciones acatan los resultados y siempre ponen por delante el bienestar del país y su ciudadanía, haciendo una oposición responsable.

Los suyos no entienden perder unas elecciones y actúan de manera irresponsable porque “cuanto peor mejor para nuestro beneficio político suyo” qué frases tan memorables, porque a ellos el poder y el gobierno les viene por mandato divino, por el mero hecho de haber nacido ricos o con dinero.

Los suyos lo que quieren es que estudie quien tenga dinero, no les gusta que los obreros y sus hijos puedan ir a la universidad. Que se cure quien tenga dinero, por eso desmantelan la sanidad pública. Que nuestros mayores estén cuidados, solo si tienen dinero para pagar una inmigrante sin papeles que les atienda.

Si recordáis lo que pasó en la pandemia en Madrid, fue que únicamente se trasladaron a los hospitales a aquellas personas que tenían seguros privados, eso produjo más de 7290 fallecidos y fallecidas en residencias por falta de atención médica, eso fueron los suyos, no los míos.

Los suyos niegan el cambio climático porque tienen un primo que les ha dicho que no hay peligro, aunque veamos como se desertiza el planeta y las catástrofes naturales sean cada vez más frecuentes, aunque veamos como el verano empieza en mayo y finaliza en octubre, aunque veamos como hoy se seca un rio y en un mes se desborda, eso son cosas de los de izquierda.

Los suyos privatizaron todas las empresas de energía que eran estatales y se aseguraron un puesto en sus consejos de administración, por eso pagamos la energía a los precios que la pagamos, los míos hacen rebajas de impuestos para la ciudadanía y logran un acuerdo de excepción ibérica para que paguemos menos energéticamente. Lo vemos en las facturas y aún así, nos creemos que es el “timo ibérico” porque lo dice la caverna mediática, aunque toda la UE diga que fue un acierto y quiera generalizarlo.

Los suyos apoyaron y apoyan a las grandes fortunas, multinacionales y bancos que se están forrando tanto con la pandemia, como ahora con la guerra de Ucrania, mientras los míos hacen leyes para que las grandes corporaciones paguen a todos por ese exceso de beneficios que les está reportando la contienda.

Si los suyos fueran mínimamente coherentes con lo que dicen y hacen cuando gobiernan, renunciarían a un 8.25% de incremento de sus pensiones y se quedarían solo con el 0.25% que proponen ellos, pero no, se quedan con todo porque le viene por derecho divino, o los que cobran en base al SMI, renuncien a ese 46% de subida que han hecho los míos ¡¡¡HIPÓCRITAS!!!

Después de esta comparación, qué explicación podría darme una persona asalariada, un camarero o camarera de un bar de Madrid, asegurada por cuatro horas que trabaja doce y a la que pagan por ocho a SMI de por qué vota a los que le mantienen en la indigencia.

Cómo explico yo a esa persona querida que podemos comparar a los suyos con los míos cuando quiera, porque en la comparación siempre saldrá ganando la decencia frente a la indecencia, la tolerancia frente a la intolerancia, el bien común frente al bien individual, el beneficio de todos frente a la codicia de unos pocos, en resumen la democracia frente al fascismo, si ni siquiera va a escuchar mis argumentos y si los escucha me dirá que son mentiras, mantra preferido de la derecha, derecha extrema y extrema derecha de este país.

Desde aquí, ya que no he podido ir a la manifestación a favor de la sanidad pública en Madrid y en la que la ciudadanía ha vuelto a demostrar cuales son sus prioridades, quiero rendir homenaje al ese personal sanitario de la salud pública madrileña y a los médicos de atención primaria que llevan nueve semanas de huelga, con el deterioro económico y emocional que tiene para ellos y ellas, para que nosotros y nosotras tengamos una mejor atención, no para su beneficio personal.

Si no somos capaces de entender esto, si los aplausos de las ocho no se convierten en apoyo a la sanidad pública, las ayusos, lasquettis, y toda esa “mala gente que camina”, se saldrán con la suya y acabarán con el servicio público de salud y cuando curar un cáncer sea prohibitivo para una persona asalariada, será tarde para entender que no defendimos lo que teníamos votando a unos indeseables que sólo quieren su propio beneficio.

No, definitivamente, los suyos y los míos no se parecen en nada, afortunadamente.

Pilar García Torres

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