Mi cuerpo es mío, por Pilar García Torres

Estamos asistiendo escandalizadas en el siglo XXI, como se sigue utilizando a las mujeres como moneda de cambio para todo tipo de tropelías, políticas, sociales, etc… Me parece tan indecente la manera en que el PP está permitiendo actuar a sus compinches políticos, que me lleva a pensar por enésima vez, que son los verdaderos portavoces del sentir y manera de gobernar del partido podrido.

Recordemos sus noes a todo lo que tenga que ver con los derechos de las mujeres, No a la Ley Integral contra la Violencia de Género, No a la ley de plazos para abortar, No a la Ley de igualdad Efectiva entre Hombres y Mujeres, No a la Ley de Familia, etc… No estoy hablando del partido indecente y franquista, hablo de sus socios de gobierno, en Andalucía y Castilla León, hablo del Partido Popular.

Lo que pretende hacer el gobierno de Castilla León con su vicepresidente a la cabeza y la connivencia del PP tiene un nombre muy claro, tortura psicológica a todas las mujeres que se salgan de su cliché católico-fascista y quieran abortar. Perdonadme los hombres que no penséis así por lo que voy a decir, pero esto sólo puede ser “cosa de hombres”.

Si hubiera un solo hombre que sintiera emocionalmente lo que sentimos las mujeres al quedarnos embarazadas, ya sea un embarazo deseado o no, os pensaríais lo que vais a decir antes de hablar. Machirulos de golpe de pecho y misa diaria, no tenéis ni pajolera idea de todo lo que pasa por la cabeza de una mujer antes de decidir abortar.

Pero es que aunque así no fuera, la decisión de ser o no madre, única y exclusivamente es de la mujer, ningún gobierno tiene la potestad de decidir por mí, porque antes de madre soy mujer, persona, no soy inmadura, no soy menor de edad, no estoy incapacitada, tengo plenas facultades físicas y mentales para tomar mis propias decisiones y asumir las consecuencias de mis actos como me venga en gana.

Si el PP se quiere apartar de los indeseables lo tiene fácil, que retire el recurso al constitucional de la Ley de plazos para abortar y desautorice al vicepresidente de Castilla León, igual así nos creemos que son diferentes.

Que doce años después de aprobar la Ley de plazos para abortar, las mujeres de ciudades como Toledo, Zamora, Cuenca o Soria por poner unas cuantas, no puedan abortar en su ciudad porque no hay centros homologados para estas intervenciones, o que en la capital del reino sólo se efectúen el 10% de las intervenciones en centros públicos, es como mínimo para hacérselo mirar.

Esta forma de actuar es idéntica a la de los jueces que ven “jolgorio” en una violación, es repugnante. A ninguna mujer por muy convencida que esté de que abortar es la única opción, le gusta tomar esa decisión por múltiples cuestiones; entre ellas, la propia salud, no olvidemos que debe someterse a una intervención quirúrgica, que entraña los peligros normales y la recuperación posterior.

Cuando una mujer toma la decisión de abortar ha calibrado ya todas las posibilidades, todos los pros y los contras, todas las situaciones que se pueden dar, ha pensado en qué le puede ofrecer a esa criatura, en la vida que va a tener, en el amor que le puede dar, en el entorno en que se podría criar, en un sinfín de cuestiones que a un hombre ni se le pasan por la cabeza antes de echar un polvo, sí muchachos, tampoco os ofendáis por esto, pero realmente es vuestra aportación, el resto ya corre de nuestra cuenta.

Nosotras somos quienes respiramos por ellos, quienes les prestamos nuestra sangre, nuestro cuerpo, nuestra vida, nuestro sueño, bienestar, en cualquier caso, dejando nuestra propia vida para vivir la suya durante la gestación. Vosotros os podéis marchar a Indochina, que su vida llegaría a término igual si no estuvierais.

Acaso vosotros sentís esa rebelión en vuestro organismo, esa guerra interna entre el quiero y no quiero, lloro y me río, ese cansancio interno, esa alegría, esa pena, ese no poder caer en la tentación de tomarte una copa con las amigas, no poder fumarte un cigarro si te apetece, llevar una mochila durante 24 horas al día, los dolores de espalda, la hinchazón de piernas y pies, el parto, cesárea o aborto.

¿De verdad que os sentís con el derecho de decirnos lo que tenemos que hacer con nuestros embarazos y nuestros cuerpos? ¿De verdad pensáis que abortar es como decidir que vestido nos ponemos para ir a cenar?

Escuchar esta mañana a Lasalle en la SER decir que esta cuestión la está sacando de quicio el gobierno porque le interesa, es tanto como decir que las mujeres necesitamos la tutela del estado para tomar nuestras propias decisiones y por eso no nos dejaban votar, una barbaridad.

Lo que está haciendo el gobierno de España enviando los requerimientos pertinentes al gobierno de Castilla León por las declaraciones de su flamante vicepresidente, es cumplir con su obligación y si en una comunidad autónoma se pretende atentar contra la mitad de la población, debe actuar de oficio.

Estamos hartas de que cualquier iniciativa que tienen los fascistas socios del PP sea un recorte de libertades para las mujeres, ni somos, ni vamos a ser nunca más la propiedad de nadie, no necesitamos protección contra nuestras decisiones, necesitamos protección del estado contra la iglesia católica y el fascismo, referentes ambos de estas ocurrencias.

En algún artículo anterior ya he manifestado que la religión tiene que formar parte del ámbito privado, nunca de la vida política y social de un país, que no tiene por qué influir en las leyes que regulan la vida de la ciudadanía, entre la que nos encontramos las mujeres por su puesto.

Nosotras somos las paganas de todas las crisis, las primeras que perdemos los empleos, las que nos pluriempleamos trabajando dentro y fuera de casa, las que sufrimos los acosos en los trabajos, en las calles, en las casas, tendremos peores pensiones, peores condiciones de vida cuando nos jubilemos y encima, pretendéis decirnos si debemos o no ser madres, ni lo soñéis porque esto ya no va a pasar.

Aunque a decir verdad, me pregunto ¿Dónde están las mujeres del PP? ¿No se les cae la cara de vergüenza ante tamaños desmanes de sus socios de gobierno? ¿Dónde están las familias numerosas de todos los miembros de ese partido y del otro franquista? ¿Dónde han abortado siempre sus hijas y sus mujeres? En secreto eso sí, porque los trapos sucios se lavan en casa no se airean ni en balcones ni en canciones, como ha sido toda la vida de dios.

De nada nos sirve ser el país que mejores leyes está consiguiendo por la igualdad, si no somos capaces de hacerlas cumplir, mientras algunas mujeres sigan votando a botarates infames que pretenden seguir teniéndonos en casa con la pata quebrada, los indeseables seguirán utilizándonos como dije al principio, como moneda de cambio para sus fines políticos.

Pero NO NOS VÁIS A PARAR somos más y mejores, muchas más y mucho mejores que los señoros que pretenden maniatarnos. NI NOS VAIS A DOMAR, NI NOS VAIS A DOBLAR, NI NOS VAIS A DOMESTICAR cuanto antes lo entendáis, mejor para todos y todas.

Pilar García Torres

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2 comentarios en “Mi cuerpo es mío, por Pilar García Torres

  1. Bien dicho, solo añadiría que deberían mejorar (mucho) la educación sexual antes de siquiera pensar en nada relacionado con el aborto. A los de castilla león: disfruten lo votado

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    1. Completamente de acuerdo contigo, pero los del pin parental también prohiben que se hable de educación sexual, dejando dicha educación al porno de internet, en el que el modelo siempre es la sumisión y cosificación de la mujer. Algún día conseguiremos edu ar en igualdad

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