Llevamos toda la semana escuchando cosas sobre el aniversario de la subida al poder con mayoría absoluta del PSOE, con el mayor traidor al pasado y al pueblo que le votó Felipe González, entonces no lo sabíamos, aunque algunas lo sospechamos desde el principio, nunca le voté.
En ese año de 1982 todo era temor e ilusión, ese año se acuñó por primera vez el término del “voto útil”, con el tiempo hemos comprobado que el voto más útil para la clase trabajadora es el voto a una izquierda que influya en la socialdemocracia del PSOE, que le obligue a pactar cada una de las medidas que tenga que tomar con todas las fuerzas políticas del hemiciclo y por lo tanto, que respete la diversidad de este país.
Llevo una semana intentando recordar la ilusión de mis padres, de mis amigas y amigos, de aquel triunfo que desmembró a la otra izquierda real en aras de aquel mantra repetido del voto útil, sé que este artículo va a crear polémica y sobre todo en muchas de mis amistades, pero aquel fue un voto traidor a una clase trabajadora que había puesto sus esperanzas en un grupo de hombres jóvenes y digo bien hombres, porque mujeres prácticamente no había.
Aquel Felipe González con su inestimable pícara viborilla al lado que era Alfonso Guerra, con Ibarra en Extremadura, Bono en Castilla la Mancha, Borrell, etc. En serio que esta caterva era de izquierdas, o como dice Sánchez Dragó, ese gran izquierdista y presunto pedófilo “han evolucionado” hasta convertirse en facharricos.
Recuerdo interminables conversaciones con mi padre, del PSOE hasta la médula, en las que decía “es que este hombre habla muy bien (FG)” y yo le decía, cuéntame con tus palabras lo que acaba de decir, imposible, porque no decía absolutamente nada que mereciera la pena retener, pero empleaba palabras o frases tales como “la nomenclatura coyuntural” que no entendía nadie, no olvidemos que en 1982 había una tasa de analfabetismo del 12%, y ésta se mide por las personas que han terminado la educación primaria, pero con una tasa de fracaso escolar brutal.
Es verdad que de alguna manera, yo era un poco cruel con mi padre, ya que dejaba de manifiesto su propia ignorancia, nada más lejos de mi intención, al contrario, lo que intentaba explicarle es que aquel encantador de serpientes no era digno de admiración sino de enojo, porque él había tenido la oportunidad de estudiar y cultivarse y se estaba aprovechando de la inocencia de personas que no sabían ni de qué les estaba hablando, pero lo hacía bien.
Otra de las grandes traiciones del ínclito a quién alaban las privilegiadas mentes que nos manejan y que no se presentan a las urnas, fue la entrada en la OTAN con un plebiscito mentiroso, ganado por la política del miedo al qué pasaría si no entrábamos en el club de los belicosos gobernado por los EEUU por y para sus intereses.
Hoy, esto sigue siendo así, pero ahora no es popular decir que nunca debimos entrar en la OTAN porque como Putin está haciendo de las suyas, cuestión que sirve de coartada para que el dueño de la citada organización saque todo el remanente de armas que tenía en stock desde que provocó la última o penúltima de sus guerras.
Aquel 1982 el PSOE obtuvo mayoría absoluta y no fue capaz de sacar a nuestros muertos de las cunetas, no fue capaz de que el congreso condenara la dictadura, no fue capaz de quitarle la medalla del trabajo al dictador, ni sacarle del Valle de los Caídos, ni nada de lo que ahora se está haciendo con muchísimo retraso, de aquellos barros estos lodos.
El no condenar el franquismo versus fascismo español en ese momento, ha servido para que hoy se blanquee en las instituciones como si fuera lo más natural del mundo, pero no, el fascismo no es natural porque recoge todos los males del averno, es el odio al diferente, al que no piensa como nosotros, seguramente pensaréis que yo también les odio a ellos y es verdad, pero yo no los gasearía, ellos a mí sí.
Les odio porque odian a las mujeres, a las opciones sexuales diferentes a la normativa de la iglesia católica, aunque ellos se hayan beneficiado toda la vida a quién les haya dado la gana, eso sí en privado, porque odian a los migrantes, no, en realidad odian a los pobres, porque a los migrantes ricos no, incluso se casan con ellos, véase Monasterio, Smith, Álvarez de Toledo.
Odian a los pobres que vienen huyendo de las guerras que ellos mismos han provocado en sus países, odian a los niños y niñas que viven atrapadas en cuerpos en los que no se reconocen, a quienes se atreven a vivir su sexualidad en libertad y abiertamente, a los y las trabajadoras que les hacemos ricos, en resumen a los y las demócratas, porque creen que sólo ellos tienen derecho a estar en las instituciones porque les viene de cuna a través del dinero de sus ascendentes, eso sí ganado con el sudor y la sangre de la clase trabajadora.
Por eso, escenas como las que se están viviendo en las Cortes de Castilla y León con el vicepresidente sin funciones García Gallardo, no se deben permitir. En un país con democracia plena no se concibe que ese neandertal, matón, impresentable y fascista esté en ningún cargo público.
Alguien que se mofa de las mujeres de una manera tan infame llamándonos desalmadas por defendernos de quién nos maltrata y por no querer dejar que nuestros hijos vivan con hombres que les van a educar en el fomento de la violencia machista, que llama líder de banda criminal al presidente del gobierno, que habla de los y las trabajadoras tachándoles de vagos, y un sinfín de retahílas fascistas más, no es digno de representar a nadie.
Apoyados como están estos facinerosos por los descendientes de aquellos tardo franquistas del PP, algunos camuflados en este partido cuando en realidad debían estar en el otro, véase Ayuso por ejemplo, esa que tacha a los jóvenes de faltarles la cultura del esfuerzo, a esos jóvenes que vivían en un permanente estado de precariedad gracias a las políticas laborales de su partido, que odia profundamente a los pobres, ella y su gobierno.
Jamás entenderé que nadie vote a semejantes esperpentos, porque no os engañéis, estos no gobiernan, lo único que hacen es destrozar el estado de bienestar para enriquecer a sus amigos, no me voy a repetir que esto ya os lo he dicho muchas veces, no, ni entiendo ni quiero a quién vota a sus verdugos, a quién se cree que la libertad es poder tomarte una cerveza dónde te salga del ovario derecho y el testículo izquierdo en tiempos de pandemia, no les entiendo y tampoco les respeto.
Estos personajillos despreciables que no respetan a nadie ni a nada, nunca deberían haber tenido un puesto de dirección en ninguna administración pública, estos matones presuntos o potenciales delincuentes, no son dignos del cargo que juraron porque no lo respetan, para ellos sólo es una herramienta para beneficio propio y de los suyos, nunca van a defender a la clase trabajadora, para esta piara de impresentables, tú te curarías si tuvieses dinero, tus hijos estudiarán si tienes dinero y tus ancianos vivirían si hubieran tenido dinero.
No se puede blanquear a semejantes políticos, porque son oscuros tanto como sus negocios, o como sus propósitos, por eso no nos callemos cuando escuchamos a nuestro alrededor que todos los políticos son iguales porque es mentira, unos son demócratas y otros fascistas, nada que ver unos con otros.
Por cierto, otra vez enhorabuena a Yolanda Díaz, ha tenido que ser la hija de un obrero y sindicalista la que retire la medalla del trabajo al dictador, enano despreciable y sanguinario, eso que se pudo hacer hace cuarenta años con la mayoría absoluta de PSOE y que no tuvo narices a hacer, nada que celebrar con Felipe González.
Espero Pedro que no sea tu ejemplo a seguir porque no es un ejemplo, si acaso de infamia y traición, no espero eso de ti, aunque nunca vote a tu partido, pero respeto a tu gobierno.
Pilar García Torres