La calle a la que nuestra ciudad da nombre está en el mismísimo centro de la capital guipuzcoana.
Aunque la vía no es aún transitable en su totalidad, se percibe ya su trazado íntegro, que discurre entre el edificio Lestonac del colegio Summa Aldapeta y los bloques, algunos ya terminados, que tienen su dirección en la calle Estella-Lizarra.
La nueva calle comenzó a abrirse paso en verano de hace dos años y se enfrenta ahora a los últimos remates.
La calle Estella-Lizarra bordea la nueva plaza de Arroka, prácticamente oculta en la actualidad a causa de las obras del entorno.
En la misma plaza de Arroka, además, los juegos infantiles cambiarán de lugar y surgirá una rampa de acceso al aparcamiento de las viviendas. Otra de las novedades que acogerá la zona será la creación de un nuevo vial desde la calle Estella-Lizarra hasta la calle Amara, que pasará junto a lo que hoy es la pared del frontón.
La relación entre San Sebastián y la vieja Lizarra hunde sus raíces en la misma fundación de Donostia, ya que el fuero de Estella le fue concedida a la nueva ciudad fundada en las orillas del Cantábrico.
Por ese motivo el Ayuntamiento de Donosti concedió a Estella la corbata de la ciudad en 1990 con motivo del 900 aniversario de la promulgación del Fuero de Estella (luego se supo que la fecha era errónea y que probablemente esa concesión ocurrió en 1077 y no en 1090). La corbata donostiarra pende de la bandera oficial de nuestra ciudad cuando ésta se porta en cuerpo de comunidad en los actos de calle de la Corporación.