Blanquear la monarquía, por Pilar García Torres

Hace unos días al leer mi anterior artículo, una amiga me comentó si no se me había ocurrido escribir sobre el blanqueo que se está haciendo de la monarquía actual, comparándola con su predecesor, y tenía razón, parece que se nos olvida de dónde viene el reinado de Felipe V palito.

En estos días navideños, en los que el mensaje del rey en el día de Nochebuena es ya un clásico como el árbol o el belén, habría que tener en cuenta algunos datos, el actual rey sigue siendo inviolable ante la ley, lo que quiere decir; que puede hacer todos los desmanes que le vengan en gana porque nadie le va a juzgar, en el mejor de los casos dentro de cincuenta años nos enteraremos de ellos.

Cada barbaridad que sale del padre aúpa al hijo por comparación, sin recordar la mayoría de nosotras que cuando se desmadraba el emérito tampoco lo sabíamos las ciudadanas de a pie. No sólo hemos mantenido a toda su parentela, también a sus amantes con indemnizaciones millonarias por su silencio, siendo siempre el erario público el que se esquilmaba por la codicia personal, sexual, déspota y totalitaria de un Borbón corrupto como toda su estirpe canalla.

Con estos antecedentes, qué nos hace pensar que el hijo educado por un putero, corrupto, canalla y ladrón, va a ser mejor. Por cierto, conviene también recordar que en este país la monarquía la restauró un dictador genocida que dejó las cosas atadas y bien atadas, de manera que nos la tuviéramos que comer con patatas, o sin ellas, metiéndola a capón en una constitución tan caduca como el sistema que la sostiene, lo de monarquía parlamentaria tiene bemoles.

El sistema monárquico de facto es un sistema antidemocrático, que la jefatura del estado se herede como cualquier propiedad es contrario a cualquier democracia que se precie, nadie ha votado semejante despropósito, principio y sostén de la misma.

Mucho o nada de patriota tiene la actual, sus hijas estudian en el extranjero dando a entender que la educación española carece de valor docente y cultural, la futura reina de las Españas debería dar ejemplo, todavía tenemos que dar gracias que no se ha formado militarmente en West Point.

¿No os parece relevante que el saludo en cualquier celebración ante los reyes se llame besamanos?

Con todos mis respetos, nos tratan como a súbditos, no como a ciudadanas que vivimos según dicen, en un sistema democrático. No sé vosotras, pero yo me niego a rendir pleitesía a ningún otro ser humano a quien además mantengo con mis impuestos desde que tenía quince años, antes lo hicieron mis padres.

Después de escuchar declaraciones inéditas de su primer vasallo Suárez, anunciando que no se podía hacer un referéndum en la transición porque perdería la monarquía a favor de la república, no os da por pensar que estamos viviendo en un sistema, que ni en su momento ni ahora hubiese pasado el filtro democrático.

Yo lo pienso mucho, por lo tanto, me frustro mucho también, no tanto por lo que no pude decidir hace 47 años, sino porque después de saber lo que ha hecho la realeza con nuestros cuartos y nuestra historia, seguimos sin hacer nada en esta cuestión que nos define como pueblo, sumiso, antiguo y ancestral.

Por muy vistosa que sea la realeza, nos sale demasiado cara, económica y democráticamente, una jefatura de estado que no se somete al escrutinio público, siento deciros que no es democrático, ni coherente, ni decente, o somos monárquicos o demócratas, las dos cosas es incompatible con la inteligencia.

Cada año se repite la misma comedia con un señor al que sólo le falta el trono, rodeado de lujos, dorados e hipocresía, diciendo a una juventud que no se puede emancipar que todos somos iguales, lo mejor es cuando alude a la igualdad ante la ley, cada año bajan los índices de audiencia en esa hora, aunque las televisiones públicas y privadas compitan por esa cuota de pantalla y no puedas ver otra cosa en esos momentos.

Ya sé que algunas personas pensaréis que se me ve el plumero, orgullosa de ello, pero si analizáis lo dicho, os daréis cuenta de que llevo razón, la definición de monarquía dice lo siguiente: gobierno indiviso o soberanía absoluta de una sola persona” al contrario de república: “Organización del Estado cuya máxima autoridad es elegida por los ciudadanos”.

No hay más preguntas señoría, disfrutemos de lo votado ah no, que no lo ha votado nadie por si acaso salía que no, qué hachas fueron los padres de la constitución, de las madres no se acuerda nadie, aunque hubiese veintiséis detrás de los señoros a los que recuerda todo dios.

Creo que no merece la pena seguir escribiendo de esta institución alzada por un dictador a la que el blanqueo sistemático de los medios, del parlamento y del susum cordan, nos parasita día a día, ojalá hubiese una casilla en la declaración de la renta como la hay para la iglesia y que tanto a unos como a otra, la mantuviesen los que la quieren.

Mientras tanto ¡Viva la República!

Pilar García Torres

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