¡¡¡Miserables!!! por Pilar García Torres

Normalmente escribo más con las tripas que con la razón, hoy las vísceras ya han tomado un tono entre marrón excremento y amarillo bilis, si me espero a mañana quizá adquieran directamente el color de la reseca sangre de nuestros muertos, porque todas las criaturas de la injusticia asesinadas por psicópatas descerebrados y ciegos de odio son nuestras.

Parecen personas normales, la vecina del quinto, el portero del edificio de al lado, la camarera del bar donde tomas café, la amiga poeta que muere de amor en sus letras, pero no os dejéis engañar, el espíritu del fascismo campa a sus anchas con disfraces que parecen humanos.

Nunca he sentido a mi alrededor un hedor a azufre tan pestilente como en estos días, los ignorantes han cogido la capa de miserables, sacando su lengua viperina a pasear cada día con sus veinticuatro horas, llamando terroristas a quienes intentan salvar vidas y poniendo de ejemplo a los asesinos que pregonan y predican el exterminio como un evangelio.

La muerte de los niños nacidos, su supervivencia, alimentación y salud les trae al pairo, el terror en los ojos de una criatura que ve morir a su madre les es completamente indiferente, se mofan de quienes intentan parar la barbarie y desean todas las desgracias divinas y terrenales a quienes pretenden darles de comer.

Son seres absolutamente despreciables que profesan religiones de dioses omnipotentes y bondadosos, idolatran amigos imaginarios que les susurran al oído los privilegios de ser los elegidos por el mismo dios que han creado a su imagen y semejanza para eliminar a cualquiera que no siga sus postulados.

Odian al diferente de tal manera que llegan a desear la muerte que muchas veces consiguen, con tal de estar en disposición de la verdad más verdadera, de la razón menos razonable y si para ello tienen que cambiar el significado de las palabras y los hechos, cual camaleón o trozo de plastilina se transforman y transforman todo lo que acontece a su alrededor.

Sirva como introducción, desahogo y vómito lo anterior para entrar en faena. Llevamos unas semanas asistiendo a un movimiento solidario internacional a favor del tan masacrado pueblo palestino, por fin parte de la sociedad, ha reaccionado al ataque gratuito, cruel y despiadado del gobierno sionista y se ha levantado para decir ¡Basta!

Y como toda acción provoca una reacción, las ratas han salido de su escondite en tropel a demostrarnos a las personas decentes, lo miserables que pueden llegar a ser y la impunidad con la que se mueven por este país, imagino que por los demás también, pero a mi me duele el mío.

Por eso me he hartado, de escuchar a políticos de la calaña de Ayuso, los abascales o Pache, decir una barbaridad tras otra sin ningún tipo de consecuencia para ellos, salvo la de enseñarle al mundo lo mezquinos y malas personas que pueden llegar a ser, les importa una figa todo lo que no sean ellos y les vale todo, por supuesto frivolizar con el dolor ajeno, también con el terrorismo, con las víctimas de cualquier atropello, si piensan que les puede traer rédito político.

Ya no soporto a los equidistantes, a los tibios, a los mansos, no pienso aguantar a nadie que delante de mi airee bulos, mentiras, maledicencias y cobardías del calado de: Mucho se preocupan por los palestinos y los españoles qué, el aborto también es un genocidio, la flotilla con ayuda humanitaria para Gaza iban de crucero, ni el Sebastián Elcano tardó tanto en dar la vuelta al mundo.

No, no me voy a callar escuchando semejantes memeces y maldades cuya única justificación, es la de acallar a un gobierno de progreso que trabaja para los más necesitados, la de confundir al personal con el significado de la palabra libertad mientras cercenan los derechos de las mujeres, que son violentadas una y otra vez con las insensateces que les marca la ultraderecha y la derecha ultra.

No me voy a callar, cuando los niñatos imberbes dicen que van a votar fascismo sin ni siquiera saber de qué están hablando, cuando desde un escaño obtenido democráticamente se lanzan soflamas incendiarias que emponzoñan la convivencia social, cuando la presidenta de mi comunidad autónoma llama genocidas a las personas que abortan un cigoto, mientras a los asesinos de niños ya nacidos les arenga y les ríe las gracias, dándoles medallas distintivas de la comunidad.

No voy a consentir que meapilas de misa y golpes de pecho comparen el derecho reproductivo de las mujeres con lo que está pasando en Gaza, no me voy a aguantar porque no me da la santa gana y porque desde luego yo tengo la superioridad moral que me da el hacer el bien sin pedir nada a cambio.

Porque si tú haces el bien para que el otro se convierta a tu religión, estás cobrando por lo que lo hecho, si tú votas a malas personas automáticamente te convierte en una, si tú das el poder a sabiendas a aquellos que hacen daño, que matan a la gente por acción u omisión, eres tan cruel como el miserable al que votas, con el agravante de que obligas a los demás a sufrir las consecuencias de tus actos.

Estoy hasta las glándulas mamarias de escuchar en la misma frase, es buena persona, pero vota a Ayuso, Abascal, Mazón, no es posible ser buena persona y votar a semejantes animales que se gastan nuestro dinero en salvajadas como los toros, que no cuidan los servicios públicos, cuyos déficits nos cuestan vidas por hacer caso a los del traje de campaña.

Madrid 7.291, Valencia 229, Castilla León 4 y arrasada por el fuego, otro tanto en Galicia, Andalucía más de 2.000 mujeres en riesgo, esta es la buena gestión que hacen los que se creen que son reyes y que el poder no viene de las urnas, sino de dios don dinero, ayudados por una judicatura corrupta y unas FFOP reaccionarias y sin escrúpulos que obedecen a los poderosos.

Acaso has visto juzgar a alguno de esos gobernantes para pagar por sus fechorías, has visto a la policía o la guardia civil reprimiendo una manifestación o concentración de fascistas profiriendo amenazas al gobierno, has visto a algún policía detener a los energúmenos que se apostaban a la puerta de la vivienda de un vicepresidente y una ministra de izquierdas con niños dentro.

No, claro que no, porque en este país la transición se hizo como se pudo, pero no como se debió hacer y de esos barros, estos lodos.

No me voy a callar ¡Viva Palestina Libre! ¡Viva la libertad de las mujeres!

Por cierto, ni el papa ni yo nos creemos lo del acuerdo de paz, más bien es el chiste de la semana porque en Gaza las bombas siguen cayendo, Mr. Cheeto no va a conseguir que respete Israel la tregua o la paz o lo que sea, mientras no les retire el armamento y no lo va a hacer.  

Pilar García Torres

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