Tristeza por las muertes que se pudieron evitar si los gobiernos no se eligieran por amiguismo y lucha de poderes dentro de los partidos, en vez de por su saber hacer dentro sus competencias. Si la ciudadanía tuviera la información real de lo que representa lo que vota y no lo hiciera frívolamente en contra de, y votar programas que favorecen a los que les oprimen, como en este caso.
Me duele Valencia en el alma y me duelen sus muertos, esos que no se tenían que haber marchado tan temprano, gracias a la incompetencia de un gobierno de marionetas cuyos hilos mueve el poder, el real, el que no se somete a sufragio, el que dice cómo, cuándo y qué se debe hacer.
No voy a contar la cronología de los hechos, que ya ha hecho maravillosa y rigurosamente bien como acostumbra nuestro amigo José Félix Sánchez Satrústegui, voy a hablaros de emociones, las que manan de mis ojos desde el 29 de octubre cada vez que escucho Valencia.
Quienes me conocéis, sabéis que es mi tierra de adopción, allí paso mis veranos, ha crecido mi hijo, mi nieta y se ha convertido en el remanso de paz que necesito todos los años para poder soportar vivir en Mordor (Madrid). Valencia es mi paraíso elegido, su mar me cautiva cada día y me habita el resto del año.
Rabia es lo que siento ahora una vez que he podido digerir lo que pasó aquel día, rabia de ver que nada se hizo como se hubiera debido, rabia de ver cómo los intereses económicos primaron por encima de las vidas, rabia de saber que se podían haber salvado familias enteras y no lo han hecho.
Rabia de que un polvo, el más caro de la historia de este país, no hablo de dinero que esos fueron los de el emérito, hablo de personas, de historias truncadas, de niños que no podrán jugar más porque primó en el máximo responsable de un pequeño país, el deseo personal al bien colectivo.
Rabia de que no tuviera un equipo capaz de tomar decisiones ante la ausencia del jefe, rabia de que no fueran valientes de pedir ayuda ante su inutilidad, rabia de que pusieran al partido y al follador por encimas de la vida, ellos que son todos tan provida. Rabia de ver como malgastar el dinero público mata.
Vergüenza de ver cómo una vez mascada la tragedia, seguían si dar explicaciones, seguían echando la culpa al empedrado, riéndose de lo único que es certero en este país, la ciencia. Vergüenza de que Valencia prefiera toros a un servicio de emergencia en condiciones, se ha demostrado que no se puede torear la calamidad.
Vergüenza de ver como personajes públicos de cierta audiencia, lanzaban teorías conspiranóicas en las que eran radares o cohetes marroquís los que habían provocado la DANA que asoló esta tierra. Vergüenza de que no estén todavía en la cárcel quienes niegan el cambio climático y no toman medidas contra él cuando gobiernan.
Asco de ver cómo la ultraderecha y sus nazis se aprovechan de la miseria de la gente, del dolor, de la muerte, de sus vidas, para instrumentalizarlo contra un gobierno legítimamente elegido, el de Valencia también es legítimo, no quiero yo que se me entienda mal, pero las competencias en la gestión de una catástrofe son de los gobiernos autonómicos, no del central.
Asco de ver y escuchar como se pone en la misma línea de responsabilidades a quién la tiene y a quién tiene que ir de acompañamiento. Esta gentuza no tiene escrúpulos de ninguna clase, los medios de incomunicación como digo siempre, están pagados por los poderes fácticos, que son quienes toman las decisiones.
Asco de ver cómo sabiendo desde las siete de la mañana lo que iba a suceder, se permitió que los niños fueran al colegio, sus padres a trabajar y las empresas a llenarse los bolsillos a espuertas, asco de ver como se decide mandar una alerta trece horas después, cuando la gente estaba ya de agua hasta el cuello, literal y todo por motivos económicos, no se puede parar la actividad, no vaya a ser que Roig se queje.
Asco de escuchar a la gente decir que el gobierno tenía que haber actuado quitando el mando a la Generalitat, cual de las once veces al menos que yo he contado, en las que ofreció todos los recursos disponibles y le dicen que sólo la UME a Utiel. Si el gobierno central hubiese actuado como decía Fakejóo, Sánchez en vez de un palazo, estaría muerto.
¿Por qué han estado tan callados Payuso, López Miras y Moreno? Ya os lo digo yo, porque han estado en su sitio y saben cual es, porque saben las competencias que tienen los presidentes autonómicos y las ejercen, a veces para desgracia de su ciudadanía, pero las saben, por eso han dejado que su jefe hiciera el ridículo, entre otras cosas porque vale todo para quitárselo de en medio.
Asco de ver que Mazón sigue ahí con todo su poder para seguir dilapidando el dinero público, que generosamente vuelve a dar a los amigos de la Gürtel que con la experiencia de reconstrucción en tiempos de guerra y al mando de un militar que dice no venir a hacer política, se van a llevar el dinero de los valencianos a espuertas.
Por cierto, alguien sabe qué hacía Felipe V palito, vestido de faena en Bétera si no iba a pasar por las tierras desoladas, por qué no se puso ese mismo traje el día que fue a Paiporta, pero para coger una pala y ayudar, en vez de parar los trabajos de búsqueda y retirada, porque mientras pasaba su comitiva no podían acceder los servicios de emergencia y de traslado de víveres y enseres para los damnificados.
Y otra vez tristeza, mucha tristeza de ver que dentro de unos meses se nos habrá olvidado porque tenemos la memoria frágil y seguiremos haciendo caso a los bulos, las mentiras, votando a quienes pasaron de su pueblo mientras éste se ahogaba, los familiares seguirán buscando a sus víctimas, algunas no aparecerán nunca tragadas por las aguas y seguramente arrastradas al mar.
Tristeza de sentir mi tierra anegada que no puede respirar, que no tiene consuelo, que llora en este otoño húmedo y caluroso, pero sobre todo, tristeza porque no deja de estar en peligro, porque hubo un señor bajito, poca cosa, casi enclenque, que mientras gobernaba dio carta blanca para edificar allí dónde les plazca a los señores del pelotazo inmobiliario, y no me refiero a Franco, este es más reciente.
Me refiero a Aznar, a quien nos trajo la guerra yihadista a España a través de la invasión de Irak, quién hizo esa ley del suelo que ahora tantas desgracias causa, quien tiene bilis en sus venas en vez de sangre, el del Prestige, el 11M, el yak 42, y a sus fieles seguidores por doquier, que son ciegos, sordos y eso de la lectura comprensiva no lo dieron en el colegio.
Está claro que el Partido Podrido no sabe gestionar las crisis, lo único que sabe gestionar para beneficio propio es el dinero de la ciudadanía, eso lo gestionan a las mil maravillas regalándolo a sus amigos.
Y para tapar su mierda que es mucha y son muchos, ponen el ventilador de las mentiras a máxima velocidad, ahora tenemos que creer a Aldama, antes no se podía creer a Bárcenas que era tesorero del PP, el primero es un particular que quiere salvar su culo y si para ello tiene que decirles a los jueces peperos lo que quieren oír, lo hará, no nos cabe la menor duda.
Os voy a poner un poema que escribí en esos días en que las lágrimas rodaban por mis mejillas a cada momento.
Valencia
Lloran mis ojos al verte mi tierra amada.
Late mi vida con tu muerte salada de aguas turbias.
Después de ver tus veranos luminosos,
me duele la vida que se te va.
No te rindas
pedazo de paraíso inventado por mi necesidad.
No dejes a su suerte a tus hijos,
no te rindas reina mora y mañana cristiana.
No desfallezcas
que Sorolla ya no puede pintarte.
Espera que ya vamos, espera,
queremos ayudarte a levantar.
No llores que no hay sitio para una lágrima más.
Todavía queda vida que buscar
y se esconde entre los lodos asesinos.
No te rindas, yo te lloro.
No te rindas, levántate altiva, como tú eres.
No te rindas,
ya habrá tiempo de sanar.
Pilar García Torres

