Un río envenenado: El problema de la vivienda en Lizarraldea

Cuando el río suena, agua lleva, reza el refrán. -Cuando sospechamos que algo pueda ir mal, existe un problema-, es lo que viene a decirnos. Puede parecer inocuo, pero no lo es en absoluto. ¿Cuándo suena el río?, ¿qué agua lleva?, ¿es, acaso, potable?, ¿de dónde procede ese río?, … Es probable que la mayoría de vosotras estéis pensando: “Bueno, es un refrán, no puede dar mayores detalles”. Y estaréis en lo cierto, sin embargo la verdad es que el planteamiento del refrán es también el planteamiento más extendido a la hora de abordar la realidad; es un método que no remite a causas profundas o anteriores de una problemática. Tenemos que modificar el enfoque: El río suena, sí, continuamente, con violencia; lleva agua, por supuesto, pero un agua envenenada por toda la gama de vertidos tóxicos y que tienen  su origen río arriba. El problema de la vivienda es un río envenenado.

Escuchamos, leemos, en los últimos tiempos, comentarios, rumores, noticias, conversaciones en la calle, tertulias en la televisión, sobre la problemática de la vivienda. Como si el río hubiese sido envenenado recientemente, o en el mejor de los casos, de forma periódica. Pero no nos engañemos, el agua lleva envenenada desde que plantaron río arriba una empresa de vertidos tóxicos llamada Capitalismo. El problema de la vivienda tiene su origen en los fundamentos del capitalismo: en el carácter de mercancía de la vivienda y de activo inmobiliario rentable; y así debemos percibirlo en todo momento. El problema de la vivienda persistirá en la medida en que su acceso esté regulado por criterios económicos, a saber, un precio (ya totalmente inasumible por una gran parte de la población), y la rentabilidad que supone un bien de primera necesidad con precios elevadísimos como es la vivienda (rentabilidades que superan las de muchos índices bursátiles).

El parásito del capitalismo no hunde sus raíces únicamente en el negocio privado y en el mercado libre, el Estado y las instituciones públicas son la correa de transmisión y la expresión político-legal del mismo. La socialdemocracia y las tímidas reformas que, a lo sumo, mejoran la eficiencia del reparto de la miseria entre el proletariado, tienen su propio límite en el fundamento de la ganancia y el rentismo; en los cada vez más periódicos momentos de crisis el fundamento parasitario del capitalismo deberá prevalecer y las promesas socialdemócratas se ahogarán en un río ya muerto por septicemia. No valen parches, trucos de prestidigitación, potingues mágicos; no valen, en fin, reformas que no minen los fundamentos del capitalismo, la relación de la propiedad privada o la ganancia que vengan a resolver el problema de la vivienda.

Ay, Lizarra, La Ciudad del Ega. Y el Ega, también, envenenado: A la orilla de Los Llanos, los precios de la vivienda en números récord, caseros subiendo el alquiler más de lo permitido por ley, robando descaradamente gran parte de la fianza para costearse una empresa de limpieza y una nueva mano de pintura y contratando empresas de desokupación para echar familias violentamente de sus casas. Bajo el Puente Picudo, un aumento de las Viviendas de Uso Turístico y los alquileres de temporada, grandes proyectos inmobiliarios y casas vacías en el Casco Viejo, la oficina de vivienda del Ayuntamiento que asesora y sirve, también, a los caseros y desampara a la clase trabajadora. Un poco más abajo, a su paso por el Santo Sepulcro, condiciones de inhabitabilidad, hacinamiento, modalidades irregulares de alquiler, amenazas directas a inquilinas y cortes de suministros. Cuando el río suena, agua lleva, aguas turbias, hediondas, tóxicas, mortales. Remontando el río, en busca del nacedero, la fuente, el negocio de la vivienda y la impunidad de todo un aparato de propietarios y rentistas protegido por un Estado burgués que permite y propicia que el desagüe de la ganancia, la acumulación y el saqueo al proletariado siga vertiendo mierda al río.

Desde la creación del Sindicato de Vivienda Socialista de Lizarraldea en septiembre de 2023, nos hemos enfrentado a todos los venenos del río mencionados. Hay un cartel informativo en la orilla: “Prohibido bañarse”, ¡Cómo no! Pf.  Hasta la cadera de fango tóxico y con el inagotable compromiso de remontar el río. Todos los actores parasitarios del sistema burgués, desde grandes empresas, todo el rentismo y las instituciones, se conjurarán para convencernos de que la solución pasa por instalar diques, filtros, la perforación de otros pozos, o, incluso, veladamente,  robar agua de otros territorios (léase intervenciones militares y guerras abiertas en países en vías de desarrollo). Mientras tanto el vertido de porquería continúa impunemente y envenena lentamente todo su entorno.  ¡Solo la organización independiente de recursos y capacidades, la autonomía en la construcción de un poder de clase y la expansión de una cultura que dé fortaleza a la clase trabajadora frenará los abusos de rentistas y podrá mantener el agua de nuestros ríos limpia! ¡Solo remontar el río permite señalar y revertir las causas profundas del problema de la vivienda! ¡En todas las latitudes y entroncando el problema de la vivienda con las demás contradicciones del sistema capitalista bajo un marco estratégico más amplio! Frente a esta situación, y ante una política institucional que se muestra como parte del problema, hacemos un llamamiento a asistir a la manifestación convocada por los Sindicatos de Vivienda de Euskal Herria el próximo 14 de diciembre a las 13:00 en Bilbao (Plaza Circular). ¡No al negocio de la vivienda!

Sindicato De Vivienda Socialista de Lizarraldea

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