Se suele decir que las comparaciones son odiosas, aunque a veces también pueden ser clarificadoras. Hace unos días ha salido en prensa una sentencia en la que un policía municipal de Lizarra tiene que pagar una multa de 720€ por empujar contra la pared y abrirle una brecha en la cabeza a un hombre que estaba meando en la calle. El mes pasado, a un joven de Lizarra, le ha llegado también una multa de 600€ por colocar un inofensivo bote de humo durante el transcurso de una manifestación en nuestro pueblo.
Es prácticamente la misma cantidad que se impone a una acción de protesta que a la de un policía golpeando a alguien arbitrariamente. Pero es que en lo que vamos de año, en este mismo pueblo las sanciones económicas al gaztetxe han superado los 20.000€. En este mismo pueblo tenemos un grupo de música en los juzgados por una canción. En este mismo pueblo, tenemos dos personas imputadas por VOX por un caso donde no hubo ninguna brecha en la cabeza y es previsible que las cuantías económicas impuestas por el juzgado sean mayores que esos 720€.
Las comparaciones son odiosas porque en este caso dejan en evidencia a quién suele dar cobertura la estructura judicial y policial y a quién suele golpear. Comenzó el mes con el anuncio a bombo y platillo del “fin de la ley mordaza”, pero si uno lee la letra pequeña, vemos que tal derogación no es si no reforma de algunos puntos 1. Por lo que mientras gobierna la derecha, se aprueban leyes que avanzan 10 pasos en represión. Mientras que cuando lo hace la izquierda, se retrocede 3 pasos, lo que parece un avance sigue siendo en realidad un retroceso.
Así mismo, durante el gobierno “progresista”, se ha mejorado las condiciones materiales de la policía (aumento de sueldos, rebaja de la edad de jubilación, complementos, etc.) a la par que decrecen las de amplias campas de la clase trabajadora (subidas de alquiler, despidos, incremento de precios, etc.), se les está dotando de nuevas armas (como las pistolas eléctricas), se les compran drones, coches eléctricos, nuevas aplicaciones de videovigilancia y control informático, etc. Lo que más llama la atención, es que todas estas medidas en general están siendo elaboradas e implantadas por partidos de izquierdas. Medidas, que por supuesto, durante gobiernos de derechas se mantienen o profundizan por lo que nos vemos abocados a una constante regresión de derechos políticos.
Es preciso construir una conciencia independiente de las dinámicas de los partidos del ala izquierda del capital. Aun más preciso es trasladar esa conciencia a la organización independiente de nuestra clase social. Las estructuras judiciales y las leyes no son estructuras “neutrales” que solventan los conflictos como si fueran árbitros en un partido de fútbol. Se parecen bastante más a un partido amañado donde el árbitro solo saca tarjetas rojas a uno de los equipos. Salgamos ya de jugar en su terreno de juego.
Iosu Dufur
Consejo Socialista de Lizarraldea


Con respeto para el autor, Estella no es un pueblo
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