Aunque el partido ha llegado a su fin, a quienes te hemos conocido nos queda la prórroga del recuerdo. Un tiempo añadido que no decidirá ningún resultado porque en tu eterna sonrisa todos hemos salido ganando. Sólo ha terminado un partido, el más serio de los que has jugado. Llevábamos mucho tiempo sin verte, pero sabíamos de ti, de la brega que antepusiste a la enfermedad, si ya nos dolía verte en la silla de ruedas, más nos pesaba la ausencia, ausencia que intentamos mitigar preguntando a los tuyos y enviando ánimo y recuerdos que seguro agradecías.

Ante todo Joaquín era agradecido, educadísimo, atento, cariñoso, amable, solidario, y enormemente humano. Daba la impresión de estar constantemente enamorado, enamorado de Conchita su mujer, de sus hijas María y Loreto, de las nietas, Julene y Maialen, de todos los niños con los que se cruzaba, siempre fue chiquero, y era un enamorado de su Estella. Conocía la ciudad mejor que nadie, la recorría en largos paseos, su inquietud le hizo participar, colaborar, animar todo tipo de iniciativas que honraban a Estella, sin condiciones, ni peros.

No voy a hablar de su gol, el primero en el Sadar, tampoco de su carrera futbolística, ni del osasunismo ferviente que hemos visto hasta en su esquela por las calles del adiós. Siempre que veo en la tele jugar a la selección de fútbol de Ghana imagino que alguno de esos futbolistas vistió la equipación que Joaquín enviaba todos los años a través de un amigo misionero y recuerdo la fotografía que colocó en la tienda con un equipo formado por niños en cuya camiseta se leía Sport Jordana. No he visto mejor equipo que aquel.

Joaquín, sólo quiero traerte de nuevo al corazón, porque ese es el significado de la palabra recordar, recordi en latín, es decir volver al corazón. Es lo que les pasa a las buenas personas, siguen viviendo cada vez que las recordamos, por eso estás en el corazón de todos quienes hemos tenido la inmensa suerte de conocerte.

¡Ah! y por el resultado del partido no debes preocuparte, lo ganaste hace mucho tiempo y tuyos fueros todos los goles.

Adios, amigo. Nos volveremos a ver, dale recuerdos a Juanito Arza.

Juan Andrés Pastor