Recuerdo perfectamente qué hacía yo en el momento de los atentados del 11M perpetrados por Al Qaeda, que nunca se nos olvide quién fue la organización que desde el minuto uno reivindicó la autoría de la masacre, ellos y sólo ellos fueron los autores, intelectuales, materiales y ejecutores.
Estaba pintándome en el baño de mi casa para ir a una reunión de negociación del convenio de Óptica al detall de Madrid. La radio sonaba con la cadena SER como todos los días y justo a las 07.39 horas conectan con un periodista que vivía en la calle Téllez, cerca de Atocha, lo que comenta en ese momento ya, es que parece que está viviendo una escena de Beirut, él había sido corresponsal de guerra en Oriente Medio.
Me acuerdo perfectamente cómo empecé a llamar a la gente que entendía podía estar por las inmediaciones, a mi jefe, a mis compañeros y decidimos que había que dejar vacías las agendas para ir a Lope de Vega y ver cómo podíamos ayudar.
Empezaron a llegar las noticias, compañeros, compañeras, familias, hijos, madres, hijas, padres, y las llamadas telefónicas para preguntar ¿Trabajas cerca no? Sí al lado, pero hoy no iba a primera hora, los mensajes de ayuda, de ánimo, de dolor, de rabia, todas teníamos claro desde esa tarde que no había sido ETA, no era su modus operandi, no eran sus materiales, no eran sus formas.
Todas, menos el gobierno de Aznar, a quien por lo visto le interesaba mucho que fuera ETA, porque la otra opción es que el atentado fue el resultado de la foto del trio de las Azores ¿La recordáis? Bush, Blair y Aznar. Aquellos de las armas de destrucción masiva que había en Irak y que provocaron la invasión del país, destrozando lo que pillaban a su paso.
Y veinte años después, estamos con las mismas mentiras, medios de incomunicación diciendo que había dos versiones, y sí, había una que era verdad y otra que estaba propagando las mentiras que les indicaban, Cascos y Aznar, no había dos visiones distintas de una misma historia, había una verdadera y otra falsa.
Recuerdo que llegué a la Avenida de América a la sede de UGT lugar dónde se iba a producir la reunión y planteé la anulación de la misma, recuerdo las caras de perplejidad de la patronal, ellos tan humanos siempre, hubo que convencerles de que nadie tenía ánimos para negociar.
Iban ya 60 muertos confirmados, al final les dije que la parte de CCOO nos íbamos a ver si podíamos ayudar en algo y se acabó la conversación, UGT secundó nuestra propuesta de dejarlo para la siguiente semana, eso les terminó de convencer de que iban a negociar con ellos mismos.
Me dejó sinceramente muy asombrada la actitud de los empresarios, como si su tiempo fuese más valioso que las vidas que se habían perdido o se podían seguir perdiendo, como si ellos vivieran en una dimensión paralela al resto de los humanos, al fin y al cabo debían pensar, todas las víctimas eran personas trabajadoras, estudiantes, gente humilde, no les volví a mirar con la misma cara después de esa actitud.
Recuerdo una tristeza inmensa que asolaba la ciudad, siempre bulliciosa, siempre ruidosa, Madrid estaba hundida en la desesperación, en la desolación del terror que no puedes controlar. Si me preguntaran cómo fueron esos días sólo tendría dos palabras, tristeza y rabia, mucha rabia, según iban pasando las horas y se iban sabiendo las noticias, se iba ratificando la teoría del terrorismo islámico, y el gobierno del PP seguía negando la evidencia, utilizando a las víctimas a su antojo, como sigue haciendo a día de hoy, se votaba tres días después, las encuestas daban ganadora a la izquierda, a Zapatero, hay que quedarse con este dato.
Me conmovió profundamente un dolor cercano, una compañera había perdido a su hijo de veinte años, Pilar Manjón. Su dolor, entereza, tristeza y rabia, al menos a mí me animaron a pedir la verdad antes de votar y a maldecir las guerras y a quienes las hacen, su hijo Daniel ya no podrá verla, pero estoy segura de que estaría tan orgulloso de ella como lo estamos muchísimas personas.
Pilar Manjón fue un ejemplo para el resto de las víctimas, supo canalizar su dolor luchando por la verdad y por mejorar la vida de las víctimas y fundó la Asociación Víctimas del 11M, tan maltratada y vilipendiada por los gobiernos del PP en el estado, en la Comunidad y en el Ayuntamiento.
Pilar Manjón tuvo que escuchar a Álvarez Cascos decir que “por esta puta” vamos a tener que hacer homenajes y monumentos. Ha sido humillada por los politicuchos peperos y sus secuaces en el ámbito informativo, o más bien desinformativo. La dignidad que Pilar ha mantenido todo este tiempo es digna de admiración, personalmente no sé si tendría el valor suficiente para vivir sin mi hijo.
Pero la infamia del PP llegó hasta la misma noche del 13 de marzo, manteniendo la mentira que todos los medios extranjeros y algunos nacionales ya denunciaban, ese fue el principio de la degradación de la comunicación en este país, con un matiz, fue la primera y última vez que el pueblo castigó la mentira con el voto, después han aprendido a mentir y a pagar a los mentideros para contar su “versión” de cada uno de los conflictos que acontecen en este país.
Conviene no olvidar lo que realmente pasó, para que no vuelva a pasar y que por desgracia, sigue ocurriendo, nos mienten como bellacos, diciendo que las cosas van mal cuando tenemos la economía saneada, el desempleo está en mínimos, los salarios suben y las condiciones de trabajo se mejoran, pero veinticuatro horas al día, siete días a la semana está la derecha y ultraderecha, pico y pala, pico y pala, con el mantra del gobierno ilegitimo que acuñaron aquel 14M.
No lo era entonces y no lo es ahora, entonces ya las encuestas decían que iba a ganar el PSOE, el motivo del triunfo no fue el atentado, fueron las mentiras, las infames mentiras que el PP mantuvo desde la primera explosión lo que llevó a votar a la gente y a votar contra la mentira.
A mí me tocó mesa electoral aquel 14M, había miedo por si se repetía, había mucho dolor por las víctimas, había mucha rabia por las mentiras, había mucha tristeza, pero sobre todo había la determinación de echar la infamia de las instituciones, de decidir a favor de la verdad, la libertad y contra la maldad de los terroristas y de los gobernantes del PP.
Ver como hoy se sigue creyendo a esta caterva de “mala gente que camina” que diría el poeta, que sigue utilizando la mentira, la maldad y el sufrimiento de las personas para mantener sus privilegios en aras de una “libertad” que en realidad lo que reivindican es seguir manteniendo a sus amigos con nuestro dinero, que los ricos sean más ricos y los pobres sigamos dependiendo de su maldad para curarnos, que nuestros hijos estudien, o que nuestros mayores reciban los cuidados que se merecen.
Nuestros mayores, esos a los que se maltrató institucionalmente por comunidades como la de Madrid, que vivieron una guerra, una dictadura, una transición, unos atentados terribles y una pandemia como colofón de una vida de sufrimiento, no deberíamos de olvidar a esos 7.291 ancianos dejados a su suerte por una presidenta miserable y un gobierno autonómico cómplice.
Y sí, me acuerdo de aquellos días tristes, muy tristes, de aquellas víctimas y sus familias, de aquella desolación que entonces asoló Madrid y luego Londres y después Barcelona y el tratamiento distinto que se hizo desde uno y otro gobierno, de las mentiras y de la verdad, pero sobre todo me acuerdo de Pilar Manjón a quien desde aquí mando todo mi cariño, porque no puedo imaginarme como es su vida sin Daniel, no quiero imaginar como sería la mía sin Gonzalo.
Pilar García Torres

