Estamos asistiendo a un despliegue de impudicia repugnante por parte de la ultraderecha y la extrema derecha. Desde el 28 de mayo se van sucediendo las exhibiciones de machismo, homofobia, xenofobia, racismo, pero sobre todo de aporofobia.
Porque no pasa nada si eres inmigrante y rico, homosexual y rico, mujer empoderada y rica, el problema es que seas pobre, de izquierdas (siendo pobre no se me ocurre poder ser otra cosa) y que valores el bien común por encima del individual, que con tus políticas favorezcas a la gran mayoría con el dinero de todos, en vez de a tus amigotes corruptos y ricos.
Después de la magistral jugada de Pretty convocando elecciones generales después de las municipales y autonómicas, las prisas por formar gobiernos que organicen a las huestes retrogradas alrededor de la mediocridad más absoluta de Feijóo y los suyos, así como los juegos malabares que tiene que hacer el amigo del narco para que Payuso no le levante la silla, nos están dejando perlas del tamaño de Australia.
Estamos viendo eliminar las concejalías de igualdad, como si ésta fuese efectiva y real ¿En serio que eso de que el género es una ideología se lo cree alguien con un CI por encima de 60? ¿Es que no hay nadie al volante de millones de cerebros? Cuanto daño está haciendo el fracaso escolar y los títulos pagados, por cierto en ambos somos una potencia mundial.
Muy mal tiene que andar la cosa para que los concejales o consejeros de cultura sean toreros, y que vicepresidentas sean negacionistas de todo el sentido común. ¿Qué os pasa peperos? ¿Realmente sois como Vox? Estabais tan agazapados bajo la derechita cobarde que os sentís liberados pactando con quienes nunca han sido, ni serán demócratas.
¿Alguien sabe dónde anda Maroto? Sigue buscando algún armario para volver a meterse, o está haciéndose con una fábrica de ellos para forrarse con la miseria humana que supone Vox para las personas que quieren amar libremente.
Feijóo justificando al que gracias a su mediación en Valencia, ahora en vez de ser vicepresidente de la Generalitat, va de número dos para el estado, jugada perfecta, le das una patada para adelante para gobernar en una comunidad en la que el partido más votado ha sido el PSOE, eso de la lista más votada sólo vale si es el PP ¿No?
Escuchar al ínclito Abascal decir que no celebra el orgullo porque es heterosexual, es lo mismo que escuchar a Feijóo decir que Carlos Flores es catedrático (como si eso le eximiera de ser un maltratador) y tuvo un divorcio duro, por eso, pobre hombre le dedicaba a su exmujer estas perlas “loca” “puta” “imbécil” “ladrona” “te voy a estar jodiendo toda la vida hasta que te mueras y acabe contigo” que al narcoamigo por lo visto, le parecen normales.
Como bien decía Sánchez en ese programa tan diverso del “gran periodista” Pablo Motos, quitar la bandera arco iris de los edificios públicos, es mucho más que quitar una bandera, es decir a las personas LGTBIQ+ que en ese pueblo, ciudad o comunidad no caben, que se tienen que volver a esconder para amar a quién quieran, que se van a vulnerar sus más fundamentales derechos, es invitarles a volver a meterse en un armario del que ha costado siglos salir.
El espectáculo bochornoso que está dando el partido que se autodenomina de centro derecha es como para estar vomitando en cada esquina. Guardiola en Extremadura repite y grita para quién la quiera oír, que no meterá en su gobierno a un partido que es negacionista con el cambio climático, la violencia de género y que deshumaniza a los inmigrantes.
Y tanto gritó que la oyeron en Madrid, la lideresa espiritual del PP, la misma a la que Sánchez rebanó de un tajo la estrategia de cargarse a Feijóo para diciembre y así poder ser presidenta de Esñapa (no es un error de escritura, es en lo que se convertiría este país con un gobierno PPvox), con su maestra a la cabeza diciendo a quién la quisiera escuchar que la actitud de Guardiola ponía en peligro las elecciones generales, llaman a capítulo a la única demócrata que tiene el partido y ¡¡¡Voilà!!! gobierno en Extremadura con consejería de agricultura para vox.
Recordemos que en Extremadura el PSOE fue el partido más votado.
Afortunadamente la ciudadanía en su mayoría, sobre todo la que se queda en casa en vez de ir a votar, no comulga con las ideas de la extrema derecha y la derechita cobarde, por eso el día 28 las calles del país se llenaron de banderas arco iris, para recordar a los matones machistas, homófobos, racistas y xenófobos, que en cuestión de derechos humanos no vamos a dar ni un paso atrás, aunque para ello, tengamos que vivir en la calle.
En alguna ocasión ya os he dicho, que siempre en mi opinión, esta sarta de atrocidades que dicen la gentuza “de bien” dispuesta a que el mundo sea como a ellos les gustaría, está precedida por una educación judeocristiana y sometida al enjuiciamiento de la iglesia católica que sigue mandando sobre todas las cosas, como su dios invisible, por cierto.
Anterior a ese concepto de moralidad represiva y castigadora, las personas se amaban libremente y nadie cuestionaba si la pareja estaba formada por hombre-mujer, mujer-mujer, hombre-hombre o varios a la vez, siempre que todos y todas consientan, también he relatado alguna vez que ni me explico, ni entenderé nunca como una mujer puede profesar cualquier religión, o votar a vox, esto va también para los colectivos LGTBIQ+.
Y digo esto, porque ayer escuchando el magnífico discurso que dio el miércoles Alba Flores, en el que dijo que el movimiento LGTBIQ+ era un movimiento antifascista, no me llamaron la atención los miles de personas que aplaudieron, fueron los silbidos los que atraparon mis oídos, porque intuyo, que dentro de dicho colectivo incomprensiblemente, también hay católicos, y fascistas y eso duele más, o debería doler a las personas a las que ambas facciones reprimen o intentan reprimir.
Como dijo Martin Luther King, “ayer tuve un sueño” era 24 de julio de 2023 y la extrema derecha junto con sus blanqueadores del fascismo se habían quedado fuera del gobierno de este hermoso, extraño y maravilloso país, que premia a los verdugos que quiere esclavizarlo y criminaliza a las víctimas y a los libertadores.
Aún así, pienso que hay que explicar a cada vecino o vecina de cada ciudad, pueblo, rellano de escalera, a los cuñados de los bares de la libertad y al sursum corda, que merece la pena ir a votar, pero a los que persiguen el bien común, no a los que nos quieren humilladas como los toros cuando van a ser asesinados.
Pensemos en el 47% de incremento del SMI, en la Ley de Eutanasia, En la subida del 8.5% de las pensiones, en las bajas tasas de desempleo que ha provocado la reforma laboral, en la reducción de la precariedad también producto de la misma, en las subvenciones a la gasolina, a que fuimos el país que mejor gestionó una pandemia, como ha sido reconocido por el mundo entero, en que podemos contribuir a mejorar aún más el mundo que habitamos.
Votemos bien, muchos y sobre todo pensemos en los más desfavorecidos a la hora de votar, esos son los que más perderían con un gobierno fascista, o medio fascista ¡¡¡Salud y República!!!
Pilar García Torres

