Dilema de clase, por Pilar García Torres

En el momento en el que estoy escribiendo este artículo aún no hay fumata blanca para concurrir a las elecciones generales como una gran coalición de izquierdas, por lo que a lo mejor y en este caso sí creo que sería lo mejor, mañana me tengo que envainar mi opinión al respecto, pero en estos momentos, me gustaría que fuese 1 de agosto y que el 28 de mayo hubiese sido un mal sueño.

He tardado quince días en poder hablar de la desilusión, de la desidia de la clase obrera, de nuestra propia desidia en cuanto a “hacer la calle” y no en el sentido en que siempre se ha dado a este concepto, sino al del boca a boca contra el tweet a tweet, el de la protesta en la calle y porque no, también la celebración de los logros sociales en este mandato electoral.

Siempre he dicho que a la izquierda nos falta orgullo y nos sobra modestia, no somos capaces de decirle a la gente que si puede comer porque tiene un ingreso mínimo vital, encender la luz a menor precio, ponerse enferma y no ser despedida, incrementar su pensión un 8.5% en vez de un 0.25%, amar a quién le de la gana sin ser apaleado por ello, si hemos podido resurgir de una pandemia como un ejemplo de gestión a pesar de Barbie Madriles, si podemos morirnos cuando se nos hayan acabado las fuerzas de una manera digna, si vamos a poder alquilar una vivienda con una mínima garantía de mantener un precio digno y podría seguir así hasta el 23 de julio, ha sido porque hemos tenido un gobierno progresista.

Un gobierno progresista en el que había gente tan válida como orgullosa, con tantas ganas de favorecer a los más desfavorecidos como de hacer de este país, el más moderno y productivo, pero también a veces más preocupados por la imagen de la coalición, que por taladrar los cerebros de la ciudadanía con la batería de derechos conseguidos.

Hoy es la última oportunidad para dar paso al nosotros en vez de al yo, hoy lo que debe imperar es la generosidad por encima del orgullo, por supuesto tiene que ser bidireccional porque de otra manera no funcionaría, si no somos capaces de ver que es la última oportunidad de este ciclo para hacer lo que debemos y no lo que queremos, moriremos en chanclas, no con las botas puestas, aquí y ahora no sirven las botas aunque llueva.

Hace un par de meses os decía y luego he repetido, que la gente de izquierdas queremos votar y queremos votar a un gobierno Frankenstein, como dirían “los otros” porque es el que refleja más fielmente la personalidad plural de este país en el que caben los ciegos y sordos con retina de bandera rojigualda, toros, caza y procesiones y los que creemos que otro país es posible.

Ante eso que algunos llaman tradición y yo llamo viejuno, antiguo, obsoleto y a veces incluso obsceno, hay que contraponer el progreso, la economía sostenible, el respeto a la diferencia, el bien común y potenciación de lo público contra el individualismo ultraliberal que se nos ha metido en las venas desde los medios de desinformación.

Las elecciones municipales y autonómicas fueron un desastre y lo fueron porque nos quedamos sentadas en casa viendo Twitter y Tik Tok , en vez de salir a ejercer la verdadera libertad por la que muchísimas personas murieron, fueron torturadas, marginadas y vejadas durante toda su vida.

La abstención en el cinturón rojo del sur de Madrid fue la más alta llegando en algún caso al 45%, en contraposición, el norte, noroeste y centro votaron masivamente, qué cosas, primero vamos a misa y luego votamos, así lo hacemos con el beneplácito de un dios imaginario, creado por los hombres para subyugar a otros hombres y sobre todo a las mujeres.

La gente de a pie no sabe que si vota ppvox lo que vota es desigualdad, precariedad, sufrimiento, xenofobia, racismo, machismo, que Feijóo no habla de lo que va a hacer, sólo habla de lo que va a destruir si llega a gobernar con vox, porque no hay ninguna duda de que lo hará con el fascismo más recalcitrante.

Hablamos de un salario mínimo de 1080€ contra 735€, de reducción de precios en alimentos básicos, contra la libertad de precios y no sólo en los alimentos, en la luz, en el alquiler, en los transportes públicos, en la gasolina, ayudas a pymes y autónomos, becas a los necesitados, etc., contra el liberalismos más absoluto de precios en todos los ámbitos de la sociedad, no olvidemos que la ilustre loca del c*** dice “cómo voy a limitar el precio del alquiler a mi casero, si el piso es suyo, no mío, así que el pone el precio y si me interesa me quedo y si no me busco otro”

Claro, Payuso gana al año sólo del erario público 103.090,32€ frente a los 90.010 de Sánchez, el salario medio en España se sitúa entre los 30.000 y los 60.000, estamos hablado de que una tarada fascista cuya gestión en la pandemia generó el abandono de 7.291 ancianos y que tapa su mala gestión con la ingesta masiva de alcohol de los ciudadanos, gana un 8.7% más que el presidente del gobierno y un 58% más que el tramo más alto del salario medio de la ciudadanía.

Me acabo de enterar además, de que hoy entra en vigor en Madrid una ayuda para la contratación de empleadas/os del hogar y que se puede pedir si tienes una familia de pareja y dos hijos aunque el salario familiar sea de 120.000€, seguimos favoreciendo a los que más tienen, suma y sigue. Votad, votad, maldita ciudadanía madrileña, que os creéis clase media aunque trabajéis 12 horas, ganéis el SMI y coticéis sólo media jornada.

¿De verdad que esperáis que este ser diabólico y sus colegas van a mejorar la vida de las personas trabajadoras, o sencillamente, os vais a alimentar de toros, procesiones y trapos bicolor? Nos sale muy cara la chulería cañí de la presidenta madrileña, sobre todo a las personas censadas en la villa y corte y alrededores.

Como os decía no sabemos lo que quiere hacer el PP si llega a gobernar, sólo sabemos lo que quiere deshacer o derogar y esto es el estado del bienestar, los servicios públicos, la igualdad, la Libertad en mayúsculas, no la de las cañitas en el bar, quiere volver a reescribir la historia blanqueando el fascismo, quiere que os curéis si tenéis dinero, que vuestros hijos estudien y se cultiven sólo si tenéis dinero, quieren que volváis a ser esclavos y vosotras amas de casa sin derechos, ni protección ante la violencia machista.

Sabemos lo que están haciendo donde gobiernan, asfixiar a quién defiende a las mujeres, a las personas trans, a los inmigrantes, a los trabajadores, acabando con todo lo que huele a consenso, diálogo y respeto, arengan a las personas contra el más elemental sentido común, a incumplir las leyes, no sólo españolas, sino también las europeas y poniendo en peligro a la población desde Castilla y León con el ganado infectado de tuberculosis, como lo hicieron en Madrid en plena pandemia eliminando todas las normas de protección contra el Covid19.

 Así que queridos y queridas lideresas de Sumar y Podemos os exigimos que os pongáis de acuerdo para concurrir juntas en un gran frente de izquierdas que propicie la continuidad de un gobierno de progreso, porque lo contrario es condenarnos a todos a la edad media y no nos lo podemos permitir, no podemos aceptar que una guerra de egos acabe con lo conseguido en estos cuatro años, porque en uno se lo van a cargar.

Quiero votar y no con la nariz tapada, quiero votar ilusión, progreso, igualdad y LIBERTAD de la de verdad, quiero amar a quién me de la santa gana, quiero acabar con mi vida cuando ya me pese, quiero que mis nietas no tengan que salir de casa con miedo, que puedan estudiar lo que les venga en gana y si no quieren que tengan un trabajo con un salario y condiciones dignas, que el sol salga por dónde siempre sale y que me pueda poner unas gafas moradas para que no me dañe mirarlo de cara y todo esto no será posible si quien gobierne en agosto sea el fascismo de PPVox.

Insisto, no os levantéis de la mesa hasta que no podáis darnos motivos para votar, váis tarde, pero estáis a tiempo aún, haced que votar merezca la alegría, nunca la pena.

Pilar García Torres

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