La Presidenta Chivite y el ministro Bolaños han anunciado que este compromiso se materializará “en los próximos meses”
La Presidenta de Navarra, María Chivite, y el ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Félix Bolaños, han anunciado que la Comunidad Foral y el Estado han acordado declarar el Fuerte de San Cristóbal como Lugar de Memoria, y que van a trabajar para que este compromiso se materialice “en los próximos meses”.
Así lo han trasladado a los medios tras mantener una reunión en el Palacio de Navarra. En su intervención, la Presidenta Chivite ha indicado que ambos gobiernos diseñarán “cómo poner a disposición de la ciudadanía el fuerte y cómo hacerlo no sólo visitable, sino un espacio de referencia pedagógico y de conocimiento”.
Chivite ha señalado que este acuerdo “muestra el compromiso” de ambos Ejecutivos y de otras asociaciones y entidades por “reconocer lo injusto, proteger a las víctimas, y contribuir a la reparación y a la memoria, empezando por el impulso de las políticas públicas”.
La Presidenta ha recordado el propósito del Ejecutivo foral con las políticas de memoria y convivencia, porque “sólo desde la defensa de la convivencia se puede alcanzar la prosperidad y se pueden integrar la pluralidad y la diversidad”. “El sustento de nuestro ser y de nuestro avance como sociedad debe ser la convivencia. Si ese pilar es sólido, es mucho más fácil construir una sociedad fuerte”, ha dicho.
Por su parte, el ministro Bolaños ha reseñado la importancia de que el Fuerte sea declarado un Lugar de Memoria. “Tener un lugar que fue tan significativo y emblemático de la represión de la dictadura, que ahora sea un lugar donde los valores democráticos, los derechos fundamentales y la historia se conozca por parte de los navarros y navarras”, ha indicado.
Por su parte, ha agradecido a la Presidenta Chivite su “trabajo leal, institucional con el Gobierno de España”, y ha subrayado que la cooperación entre ambos Ejecutivos “está dando frutos, es una colaboración útil” para la Comunidad Foral.
El Fuerte de San Cristóbal
El Fuerte de Alfonso XII o de San Cristóbal se construyó para defender Pamplona, pero la aparición de la aviación de guerra hizo que esta instalación quedara obsoleta. Tras el movimiento revolucionario de 1934, el Estado habilitó el Fuerte de San Cristóbal como espacio de encarcelamiento hasta la amnistía de 1936. Con el golpe militar de julio de 1936, el Fuerte se volvió a utilizar como penal.
Cientos de navarros fueron encarcelados en él como detenidos gubernativos, sin haber sido sometidos a procedimiento judicial. El Fuerte se llenó con miles de prisioneros de toda España, especialmente castellanos y gallegos, sobre todo tras la caída de los territorios del frente Norte en manos de los sublevados.
El primer intento importante de fuga en este centro penitenciario ocurrió en octubre de 1936, tras el que fueron ejecutados 25 presos. Pero la gran fuga del penal de Ezkaba ocurrió el 22 de mayo de 1938, tras la que las autoridades pusieron en marcha una búsqueda que finalizó con el asesinato de 220 personas.
Además, cientos de presos murieron a consecuencia de las insalubres condiciones de vida en el penal, por la falta de atención médica y por la escasa alimentación; entre ellos. En un primer momento los presos que fallecían eran enterrados en los cementerios de las localidades cercanas. Cuando estos lugares llegaron al límite de su capacidad, las autoridades militares decidieron crear un cementerio en las proximidades del Fuerte: el Cementerio de las Botellas.
Acto institucional de declaración del solar de la antigua cárcel como Lugar de Memoria Histórica
Tras el encuentro en el Palacio de Navarra, la Presidenta y el ministro se han desplazado al solar de la antigua cárcel de Pamplona / Iruña, donde ha tenido lugar el acto institucional de declaración de este espacio como Lugar de Memoria Histórica, terreno en donde se ha reubicado la puerta del antiguo centro penitenciario.
En el mismo han participado también el alcalde de Pamplona, Enrique Maya, y la consejera de Relaciones Ciudadanas, Ana Ollo, y la presidenta de la Asociación de Familiares de Fusilados de Navarra Affna-36, Amaia Lerga.
Durante su intervención, la Presidenta Chivite ha recordado los cuatro principios que encabezan la Ley Foral de Memoria Histórica de Navarra, “restituir, reconocer, recordar y recuperar”. “Reconocer una injusticia y proteger a sus víctimas debe ser un objetivo prioritario para los poderes públicos en un Estado de derecho”, ha explicado.
“La memoria es una herramienta indispensable. Nos avala para la promoción y extensión de los valores de la libertad, el respeto, la tolerancia, la negociación y el acuerdo. Y nos invita a su transmisión a las futuras generaciones”, ha dicho Chivite.
En referencia a la puerta del antiguo centro penitenciario, Chivite ha señalado que traspasarla “implicaba el olvido. Cruzarla suponía quedar varado en el tiempo mientras el resto del mundo alrededor seguía su curso”. Por eso, “hoy volvemos a colocar esta puerta en recuerdo de todas aquellas personas que la cruzaron”.
Acto de “enorme valor simbólico”
El ministro Bolaños ha felicitado a la asociación navarra por su labor realizada por la memoria, “para que no se olvide el ejemplo de las personas que sufrieron la represión, el asesinato, y que lucharon por una España mejor, democrática, libre, más justa y lo hicieron en unas circunstancias terribles”. En esa línea ha destacado la necesidad de las políticas de memoria, “la memoria desde el Gobierno de España es una política de Estado, y por eso actos como el de hoy tienen un enorme valor simbólico, que vengamos aquí para decir a toda la ciudadanía que esto es un lugar de memoria y que aquí hubo gente que se dejó la vida, simplemente por sus ideas, es saldar una deuda, saldar una deuda democrática, saldar una deuda de la democracia española con lo que ocurrió en aquel momento tan negro de nuestra historia”.
Además, ha recalcado la recientemente aprobada Ley de Memoria Democrática: “Que podamos recuperar los restos, y podamos entregarlos a sus familias, y con esa sepultura digna, daremos más dignidad a nuestra democracia, y para eso tenemos una ley que establece que esas exhumaciones se financien con dinero público, porque es una deuda de nuestra democracia que la saldamos de esa manera”.
La consejera Ollo ha señalado que la antigua prisión provincial de Pamplona “ha estado asociada en la memoria de varias generaciones a diferentes conflictos y luchas sociales”, destacando “el papel que desempeñó tras el golpe de Estado de 1936”. Asimismo, ha indicado que el proyecto de reconstrucción de la puerta “ha sido posible por el impulso del Instituto Navarro de la Memoria y de la Dirección General de Paz, Convivencia y Derechos Humanos, y por la buena disposición del Ayuntamiento de Pamplona, de Instituciones Penitenciarias y de la dirección de la cárcel de Pamplona”.
El alcalde de Pamplona, Enrique Maya, ha destacado que declaraciones de lugar de memoria histórica, “refuerzan el mensaje de que los hechos de que dieron lugar a esta declaración no se deberían de repetir jamás, porque un lugar de memoria histórica transmite, valores de paz, de convivencia y de respeto a los derechos humanos, por eso estos lugares no debemos borrarlos de la memoria colectiva”, a lo cual ha añadido que “nuestra obligación es preservarlos, dignificarlos y que sirvan de recuerdo y de aprendizaje de lo que aquí ocurrió en su momento”.
Además, la presidenta de la Asociación de Familiares de Fusilados de Navarra Affna-36, Amaia Lerga, ha relatado el trabajo que la organización lleva realizando durante los últimos 20 años, “camino avanzando hacia la verdad, justicia y reparación, en gran parte transitado desde la soledad, dificultad y dolor, pero en cuyos pasos vemos hoy grandes logros, llenos de alegría y dignidad”. “Que estemos hoy aquí es un acto de respeto a un movimiento social, a un esfuerzo realizado por mantener y recuperar espacios de memoria como instrumentos de convivencia y de desarrollo de una cultura de paz”.
La Prisión Provincial de Pamplona
La antigua prisión provincial de Pamplona fue inaugurada en 1908 y estuvo en servicio hasta su derribo en 2012. Contaba con 194 celdas, cuatro patios y tres plantas.
El pasado mes de junio se firmó un convenio entre el Ministerio del Interior, el Gobierno de Navarra y el Ayuntamiento de Pamplona para la utilización de los restos arquitectónicos de la antigua prisión de Pamplona. En concreto, las piedras que componían la puerta interior de acceso a la prisión. La puerta ha sido colocada en el espacio aproximado que ocupaba la entrada exterior, convertida en un símbolo de la memoria de quienes fueron represaliados, además de convertirse en una oportunidad más para desarrollar valores de paz y convivencia.