Próximamente las aulas utilizadas en los inicios de Lizarra Ikastola en el frontón de Estella-Lizarra serán derribadas. Esto nos ha permitido reflexionar con nuestros alumnos y alumnas de hoy sobre el inicio y el presente del centro.
Lizarra Ikastola dio sus primeros pasos en el Frontón de Estella-Lizarra hace más de 50 años, edificio con el que siempre hemos mantenido una estrecha relación. En breve se procederá a la demolición del edificio y a la ejecución del proyecto de otro espacio deportivo de grandes dimensiones. Antes de que esto ocurra, simbólicamente, hemos querido dejar nuestra huella en un espacio tan importante. Es por ello que hemos repetido con los alumnos de hoy fotos del pasado, enlazando pasado y presente de un mismo centro para siempre.
Hace más de medio siglo un grupo de padres y madres apostaron con determinación por la creación de Lizarra Ikastola. Entre los objetivos generales de aquel sueño se encontraban, por un lado, la recuperación del euskera y de la cultura vasca que en las últimas y oscuras décadas estuvo profundamente reprimida y prohibida; y por otro, el desarrollo de un modelo educativo progresista y ajeno a la titularidad de la Administración.
En el curso 1970-1971, en una sala cedida por el Ayuntamiento de la ciudad de Ega, veinticinco alumnos y alumnas comenzaron su escolarización con un presupuesto de 240.000 pesetas y con el apoyo de la Institución Príncipe de Viana, Euskaltzaindia y el propio Ayuntamiento de Estella. La Ikastola actual tiene otro aspecto diferente. Para empezar, la comunidad se ha multiplicado todos estos años y, además, el edificio no tiene nada que ver.
Hoy continúa su camino a orillas del río Ega y junto a los pulmones verdes de Estella. Desde siempre, la pedagogía de las Ikastolas y los proyectos innovadores han permitido estar alineados con la vanguardia de la Educación. Un ejemplo de ello son las líneas progresistas que recoge la nueva Ley de Educación LOMLOE, como el perfil de salida del alumnado que venimos trabajando en Lizarra Ikastola desde el año 2016. Las familias ayer y hoy elogian el modelo plurilingüe de educación de calidad basado en el euskera y las innovadoras aportaciones a la educación.
Estos primeros alumnos y alumnas que recorrieron las aulas desnudas del Frontón de Estella-Lizarra regresan hoy a la Ikastola de la mano de sus hijos e hijas. El camino ha cambiado, el aspecto es diferente, el entorno no es el mismo, pero los latidos del corazón de la Ikastola están motivados por las mismas razones: el euskera y el característico modelo educativo de referencia. La pedagogía actual nos obliga a centrarnos en el alumno.
Él es el único protagonista, y los adultos y las propuestas educativas que le acompañan van a permitir su desarrollo académico y personal. Los protagonistas que transformarán la sociedad del futuro lo saben bien. Gran parte del ideario de aquella Ikastola de la República, aquella escuela diferente, fue asumido por Lizarra Ikastola desde su creación.
Casi 100 años después el informe Delors plantea los retos educativos para el siglo XXI e invita a las escuelas a ser escuelas para la vida donde los alumnos y alumnas: aprendan a ser, aprendan a conocer, aprendan a hacer y aprendan a vivir en compañía. Lizarra Ikastola siempre trabajó en pos de estos objetivos. A pesar de que las aulas del frontón de Estella-Lizarra pronto quedarán reducidas a escombros, el espíritu de una escuela singular y moderna que surgió entre estos muros sigue continúa muy presente entre el alumnado y las nuevas familias.



