
Salvatierra ha dimitido por razones que no han trascendido, pero que parecen revelar un desencuentro con el equipo de gobierno. Apenas seis meses después de haber tomado posesión de su cargo, el puesto de jefe de la policía local vuelve a quedar vacante. Queda por saber si de aquí a final de legislatura, quedan apenas dos meses y medio, el alcalde busca un sustituto para esa responsabilidad o delega la jefatura en alguno de los cabos del cuerpo. La decisión no se antoja fácil, ya que antes del nombramiento de Pablo Salvatierra, se produjo un desencuentro evidente entre los cabos y el propio alcalde, como consecuencia del «fichaje» para ese puesto, del estellés Pablo San Martín quien presentó su renuncia antes, incluso, de tomar posesión.
En todo caso, tras su dimisión Salvatierra ha aconsejado que en este paréntesis sea un integrante de la actual plantilla quien asuma esta responsabilidad. Sea quien sea la persona designada tendrá que afrontar varios retos importantes como la implantación del nuevo sistema que regulará a partir de la próxima semana el estacionamiento en la zona comercial, y la aplicación de las multas correspondientes o la celebración del Gran Premio de ciclismo Miguel Indurain, seis de abril.

