
Hasta hace muy poco yo nunca había oído hablar de Barbarin. Se trata de una localidad pequeñita al abrigo de Montejurra y muy cerca de Estella.
Conocí, este pueblo de Poetas en Junio de 2016 en un encuentro anual que desde el año 2007 y por iniciativa de Carmen Puerta allí se realiza, fui de la mano de mi amigo Juan Andrés Pastor.
Las calles de Barbarin son poesía, poesía sus ventanas y sus paredes. No podía caminar; un verso tras otro me lo impedían adornando sus paredes y cuando al final llegué a la plaza… no daba crédito. La plaza principal de un pueblito de menos de 80 habitantes se llamaba PLAZA DE POETAS y me quise quedar a vivir enredada entre sus versos.
Allí conocí a Carmen, alma mater del encuentro quien junto a la Alcaldesa se esmeraban en que todo estuviera en orden. Me emocionaba el encuentro con Poetas amigos; Isabel Blanco, Iñaki de Miguel, Teresa Ramos y otros muchos/as.
Allí me presentaron a Mario Zunzarren y a Maite su pareja, no conocía a Mario y no entendía yo, que leo tanta poesía y que ando entre poetas como se me había escapado leer y conocer su obra poética y narrativa. Mario era un importante escritor y poeta con premios Internacionales a sus espaldas como el que recibió en el 2004: el Primer Premio Internacional otorgado por la Fundación Camilo José Cela y muchos otros.
Intercambiamos direcciones y ya sabía que me llevaba otro poeta para descubrir en muchas de sus varias facetas como escritor. Me interesaba muchísimo leer los dos libros que había escrito sobre los Presidentes de Navarra y Euskadi de los últimos treinta años. Al poco el axioma de que hombre propone y el destino dispone, se hizo realidad, porque solo unos meses más tarde Mario y Maite fallecieron en un fatal accidente de moto.
He vuelto a Barbarin, de la mano otra vez de mi amigo Juan Andrés, al homenaje que todo el pueblo con su alcaldesa al frente, sus amigos Carmen y Marcos, han hecho a Mario y Maite. Precisamente el primer poema que adorna la plaza de Poetas es de Mario Zunzarren.
“El tiempo, abatido queda en la sola plaza de los Poetas.
Yo me aprieto el frio de tus piedras, cada vez mas tersas.
Blancas. Y me callo para siempre”.
Así de premonitorio se lee el final del poema con el titulo “EL CIELO DE BARBARIN”.
Aquella mañana fría os bajos del Ayuntamiento se quedaron pequeños para albergar a tanta gente que quería estar y recordarlos. Un extraordinario cantautor de origen cubano, pero afincado en Pamplona, Jorge Sánchez nos acompañó con su voz y su guitarra.
También la pianista Adyta, envolvía las voces emocionada de los poetas que participaron leyendo los versos de Mario y nos arañaba el alma. Fue muy difícil contener las emociones, pero las palabras sencillas y llenas de cariño de Carmen y Marcos eran bálsamo y guía.
Seguramente los caminos de piedra, llenos de historia y poesía de Barbarin, siguen llorando la pérdida de uno de sus poetas, aunque ya como leyenda seguirá en sus paredes y pertenece para siempre a Barbarin.
Me veo en un tiempo no muy lejano recorrer las historias de un pueblo que “Se fundó en el primer siglo después de Cristo” paseando y leyendo poesía en voz alta, o colgando poemas en sus balcones o paredes. Es Barbarin el único pueblo de todo el estado Español que tiene una plaza dedicada a Todos los Poetas. Y año tras año, y desde hace 7, cuelgan en sus históricas piedras versos, estrofas, sentimientos…
Esta idea tan original de amor y divulgación de poetas y poesía, debería ser reconocido y ¡ojala ¡ un día se vean reconocidos por el premio de las letras … o sea “EL CERVANTES”.
Para terminar os dejo el poema de Mario Zunzarren que permanece en la Plaza de Poetas y os invitó a escucharlo en mi voz como sencillo y sentido homenaje a él, a su compañera Maite y a todo un pueblo.
Puedes escucharlo pinchando AQUÍ.
BARBARIN SE VISTE DE POEMA.
Reconozco el frío de tus piedras.
Te tiento como el ciego a su amada,
Y beso tu piel con mis manos desnudas.
Una flor medio despertando.
Techumbre de gloria, rizo delirante
Que abandona el arado en el barbecho.
No existe la muerte, cerca esta el camino
Donde reposa el cansancio.
Qué pronto se acaban tus calles,
Lentas como tus atardecidas.
Y me dejo, con mi colección inacabada
De relojes imaginarios.
Las viejas sombras, viudas de sol,
Festejan al calor de mis pasos equivocados.
Una luna creciente, de plata,
Acurruca los hombros y dormita.
Hierve un rayo de luz.
El tiempo, abatido queda
En la sola plaza de los Poetas.
Yo me aprieto el frío de tus piedras,
Cada vez más tersas. Blancas.
Y me callo para siempre.
En el cielo de Barbarin un 14 de junio de 2009. ( Mario Zunzarren Angós)


