Tengo cuarenta años. Busco trabajo en un país desarrollado, así lo llaman...

Soy licenciada en Economía, con mejores notas que muchos de mis compañeros de promoción, me avala una experiencia de más de diez años en el sector financiero, con equipos de varias personas a mi cargo. Hablo tres idiomas con fluidez, además de ser capaz de leer dos más; estoy actualizada en las normas contables y tengo una memoria fotográfica bastante interesante, mi capacidad de reacción ante los problemas laborales es superior a la media, trabajo bien bajo presión, soy dinámica y abierta a nuevas ideas y los números son mi fuerte, pero tengo un handicap: soy mujer.

Nunca tuve opción a un puesto de alta dirección y es probable que nunca llegue a alcanzarlo, cobro casi un 20% menos que mis compañeros y en las entrevistas de trabajo tengo que llevar 10 cm de tacón por obligación, a pesar de mi 1,70 m de estatura, y por supuesto, estar perfectamente maquillada, peinada y depilada; suma a todo esto, que con 40 años todavía, gracias a los avances científicos, estoy en edad de procrear y ya tienes todos los ingredientes para olvidarte de mis conocimientos profesionales y no darme un puesto de trabajo para el que soy perfecta…

Los tacos no suenan igual en mi boca que en la de un hombre, es comprensible que mis amigos no quieran ser padres, pero soy una desviada por no querer ser madre, las críticas, tanto en el entorno laboral como en el personal, son continuas por ser una mujer independiente con las ideas claras, por no aguantar un matrimonio mal avenido sólo para que alguien que no me quiere me mantenga, por encargarme del bricolaje de mi casa y por hablar y disfrutar del sexo y de la vida sin necesidad de tener un hombre a mi lado…

Sobra decir que las críticas no proceden únicamente de hombres, sino también,  e incluso más de compañeras y amigas…

Esta señores es la realidad de una mujer eficiente luchando por sus derechos y buscando trabajo en un país desarrollado: desigualdad de condiciones a la hora de hacer una entrevista, desigualdad de salarios atendiendo únicamente a tu género, críticas por no formar parte del modelo impuesto en la sociedad: novio-marido-hijos-tareas del hogar… violencia de género día sí, día también, rechazo generalizado entre las mujeres…

¿Me puede alguien explicar en qué nos diferenciamos de esos países que tan alegremente llamamos subdesarrollados y machistas?

 

Susana Serón Sanchez-Camacho